Opel renueva el popular Corsa en toda su extensión. Lo hace a nivel estético, con muchísimo acierto, al tiempo que da un lógico paso al frente en lo relativo a tecnología y sistemas de propulsión.
Un icono con el carisma y la historia del Corsa necesitaba de una revitalización como esta, sobre todo a nivel de imagen. Para ello han realizado una reinterpretación de elementos como el Opel Vizor, o para que todos lo entendamos, de la característica parrilla que incorporan los últimos lanzamientos de Opel, acogiendo en el centro el emblema de la firma germana -negro o gris dependiendo del nivel de acabado-, e integrándola en el mismo conjunto con los grupos ópticos LED de nuevo diseño. Los faros,
opcionalmente, pueden estar equipados con el sistema de luz matricial LED Intelli-Lux, una rareza en su categoría, formado ahora por catorce en lugar de ocho lámparas LED que se traduce en una mayor precisión a la hora de ejercer sus funciones de iluminación y antideslumbramiento.
El estilo del parachoques y la parrilla inferior, en la que casi pasan desapercibidos los faros antiniebla, también son nuevos. En los extremos del parachoques se sitúan unas finas entradas de aire orientadas verticalmente que junto a la aleta lateral ensanchan la imagen frontal, reivindicando ese carácter deportivo del que siempre ha
presumido.
Opel ha incorporado a la paleta de colores del Corsa la pintura Grafik Grey, un tono muy recurrido últimamente que a nuestro protagonista le sienta especialmente bien. Sobre todo en combinación con el techo en negro presente en alguno de sus acabados ofreciendo un efecto de techo flotante, impresión a la que también contribuyen el borde oscurecido del parabrisas y el generoso alerón trasero.
De mismo modo han atinado al rediseñar la sección posterior. Ahora proyecta una imagen más agresiva, con aristas y formas más pronunciadas como nueva expresión de su faceta atlética. Por
si quedaban dudas sobre la identidad del modelo, el nombre aparece ahora bien visible a lo largo del portón, coronado por el emblema de la firma.
A bordo, el volante, la palanca de cambios y el textil de los asientos son nuevos. A partir de ahí, la transformación principal se produce con la introducción de un nuevo ecosistema digital (Snapdragon Cockpit Platform de Qualcomm Technologies) y las mejoras del sistema de infoentretenimiento. Gráficos más sencillos y claros, y la posibilidad de contar con los recursos de la inteligencia artificial hacen que la experiencia de interacción alcance un nuevo nivel. A su vez y por primera vez, los teléfonos móviles compatibles con Apple CarPlay y Android Auto no sólo
podrán replicarse en la pantalla de 10 pulgadas, sino que también se podrán recargar de forma inalámbrica.
En cuanto a la gama, Opel repite fórmula, es decir, dispone tanto de versiones de combustión como de opciones mejoradas del Corsa-e cien por cien eléctrico. Una oferta a la que se suman dos variantes de hibridación leve de 48 voltios.
El nuevo eléctrico aterriza en esta ocasión con dos variantes, una de acceso con 136 CV (100 kW) y una autonomía ampliada de 357 kilómetros, y una segunda opción de 156 CV (115 kW) que puede recorrer hasta 402 kilómetros con una sola carga. Hay más, en un cargador rápido, la batería alcanza hasta el 80 por ciento de su capacidad total en solo 30 minutos (20-80 por ciento).
Opel también ofrecerá por primera vez versiones mild hybrid con sistema de 48 voltios. Los motores de 74 kW/100 CV y 100 kW/136 CV vienen con una nueva transmisión automática de doble embrague, con los que la marca da un paso más en su programa de electrificar toda su gama antes de final de esta década.
