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Suzuki GSR750: línea y potencia

  • Esta nueva 'naked' ya está en Canarias desde 7.599 euros

Justo en la intersección donde las hi-sport RR de su saga GSX-R y la estilosa y polivalente Gladius 650 se cruzan, los diseñadores de Suzuki encontraron la chispa de inspiración para dar forma a una moto que está llamada a hacer grandes cosas. La GSR750 ha cumplido las expectativas que la marca de Hamamatsu había creado los días previos al Intermot de Colonia del pasado año, uno de los salones de referencia a nivel mundial en la industria de las dos ruedas.

Es difícil saber cuál ha sido el norte que ha guiado el desarrollo de la GSR750 de 2011, si el diseño o el componente tecnológico. El continente o el contenido. La forma o el fondo. De lo que no hay duda es que con esta naked en Japón han rebasado esa ancha línea que hasta ahora delimitaba sus motos urbanas de sus deportivas más descaradas. Esos compartimentos estancos pasan a estar comunicados con esta moto de poderosas líneas que tienen su punto de partida en el frontal apuntando hacia arriba y proyectándose hacia atrás.

Como en la Gladius, hay detalles de gran esmero en los guardabarros esculpidos y aligerados, en los retrovisores moldeados o en el anguloso colín, punto de encuentro de todos los ángulos y curvas que recorren el cuerpo de la GSR750 y que está coronado por un llamativo piloto LED. El depósito, de 17,5 litros de capacidad también huye de la sencillez mediante nervaduras y paneles texturizados. Por último, las tapas laterales del radiador le insuflan casi de forma definitiva una deportividad nunca vista en una naked de Suzuki.

En el cuadro de instrumentos la GSR750 enlaza imagen, funcionalidad y tecnología, el otro quid del nuevo lanzamiento de Suzuki. Como otros modelos, se opta por prominente tacómetro analógico que sirve de soporte para la pantalla LCD el velocímetro digital. Este display también recoge información sobre la marcha engranada –como en la Gladius-, temperatura del líquido refrigerante, nivel de gasolina, cuentakilómetros y un reloj. Protegiendo el cuadro, la cúpula con el faro tallado en una forma muy personal y que a los lados integra las luces de posición con un suave tono azulado. La Suzuki GSR750 llega en tres colores, un blanco Pearl Glacier, un rojo Pearl Mira y un negro Glass Sparkle.

Corazón poderoso

Más allá de su parte ciclo, decoración, colores y diseño, la nueva GSR presume y con razón de su magnífico motor. Hablamos de una mecánica que lleva años dando vida a un mito como la GSX-R 750, aunque ha sido domesticado no sólo para adaptarse al estilo y a la filosofía de esta ‘naked’ deportiva, también para hacerla más frugal y menos contaminante.

Por ello se ha dotado a lo último del fabricante de los sistemas más avanzados en materia de inyección como el SDTV de doble mariposa (Suzuki Dual Throttle Valve), un dispositivo que se une a otra válvula llamada ISC (Idle Speed Control) y que al regular el régimen de giro del motor al ralentí, minimiza las emisiones de CO2 cuando el motor está todavía frío. Este motor de cuatro cilindros en línea también monta el sistema PAIR (Pulsed-Air), que inyecta oxígeno en los colectores de escape para quemar aquellas partículas de hidrocarburos que no se han consumido del todo durante el proceso de combustión y que reduce también el índice de contaminación de la GSR 750. Por último, el propulsor también dispone del dispositivo SET (Suzuki Exhaust Tuning) que regula el flujo de gases en escape. Todos, del primero al último, son controlados por una centralita electrónica que es la que regula la cantidad exacta de combustible que necesita el motor en función de la velocidad engranada, la posición del puño de gas y el régimen de giro del motor.

Todo esto se traduce en 106 CV de potencia en el puño de gas a 10.000 rpm y 80 Nm de par máximo a 9.000 rpm para una moto que, dicen, agradará al piloto más urbanita y al que está deseando dejar atrás los semáforos y los pasos de cebra para perderse entre curvas.

Chasis híbrido

Aunque a simple vista el chasis parece un clásico doble viga –fórmula habitual en motos de talante deportivo-, desde la marca se afirma que también hay estructuras tubulares para lograr un equilibrio entre sensaciones y comodidad. En este último punto influye activamente el diseño del asiento y su triangulación con el depósito y el manillar.

En Suzuki aseguran que el confort ha primado sobre cualquier otro concepto en este apartado. Las suspensiones –horquilla invertida Kayaba con barras de 41 mm delante y monoamortiguador con bieletas detrás, ambos trenes ajustables en precarga- y los frenos –doble disco flotante de 310 mm con pizas Tokico de doble pistón en el tren anterior y uno sencillo de 240 mm con pinza de un solo pistón firmada por Nissin en el posterior- buscan sin embargo unas buenas prestaciones dinámicas.

En definitiva, una moto que trata de contentar de igual manera al ‘motard’ que ya está de vuelta de las RR y que busca algo más cómodo para el día a día pero sin renunciar a la deportividad y a las sensaciones; pero también al que no encuentra la horma de su zapato en los modelos de media cilindrada más edulcorados y pensados para el que da el salto de un scooter a una moto de verdad.

Este modelo se presentó hace un mes en Sevilla y los concesionarios oficiales Suzuki de toda Canarias ya disponen de las primeras unidades.

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