Quince años después de su estreno como uno de los primeros coches eléctricos del mercado generalista, el Nissan Leaf vuelve a la carga completamente renovado. Esta nueva entrega, a la vista está, va más allá y lo hace como una opción realista para las familias que quieren pasarse al eléctrico sin renunciar a nada. Así lo explica Richard Candler, vicepresidente de estrategia global de productos de Nissan, “queríamos que el nuevo LEAF fuera una alternativa creíble a los coches de combustión, con diseño y funcionalidad a partes iguales”.
Lo primero que llama la atención es su nueva imagen. Poco o nada tiene que ver con la edición anterior, presentado ahora una silueta tipo fastback, de líneas más firmes, así como un aire mucho más moderno. Pero no todo es cuestión de estética. Cada trazo y cada forma tienen un porqué. Gracias a elementos como los tiradores de puerta integrados, el piso plano, el obturador de parrilla activo o las llantas optimizadas, el nuevo modelo presume de un coeficiente aerodinámico de 0,25, lo que le aporta un mayor dinamismo. Uno de los elementos más llamativos es el nuevo techo panorámico (e-Dimming), que no solo aporta luminosidad y una mayor sensación de espacio. Además, elimina la necesidad de persianas físicas o parasoles, reforzando su eficiencia.
Desarrollado sobre la plataforma CMF-EV, esta permite aprovechar mejor el espacio y ofrecer una mayor sensación de amplitud a bordo. El interior mantiene ese aire funcional y sobrio de Nissan, pero con un puntito más refinado y con mejores materiales. La idea, según los responsables del proyecto, es ofrecer un coche práctico para el día a día, sin grandes alardes, pero con un desarrollo atractivo, cómodo y bien resuelto.
El Leaf cuenta con una larga experiencia a sus espaldas. Fue uno de los primeros en su especie y, aunque el mundo del coche eléctrico ha cambiado mucho desde 2010, Nissan continúa en sus trece, creando una nueva generación pensada para quienes buscan un eléctrico realmente atractivo, espacioso y práctico.
