En este sentido, el IQ se convierte en un juego de contrastes, combinando sencillez y sofisticación y con un provocador sentido de las formas. Sus proporciones, 2,98 metros de longitud por 1,68 de ancho y 1,50 de altura, contrastan con una batalla proporcionalmente larga que se consigue colocando las ruedas en los extremos del vehículo. Esta circunstancia no sólo proporciona una gran sensación de estabilidad sino que incide directamente en el espacio interior. Esta característica unida a otra serie de soluciones innovadoras ha permitido configurar el vehículo para cuatro pasajeros.
Como ejemplo y sin ahondar en soluciones técnicas, destacamos la utilización de un depósito de combustible plano ubicado bajo el suelo, el grosor mínimo del respaldo de los asientos o un innovador salpicadero de diseño asimétrico que permite ganar profundidad en el lado del pasajero. Una vez conseguido su propósito, se ha dotado al vehículo de una larga lista de sistemas de confort y entretenimiento consiguiendo un conjunto realmente ostentoso.
Dos son los niveles de equipamiento de los que hace gala el nuevo IQ. Los estilizados asientos los encontramos en tela, tela-cuero o cuero contrastando con un salpicadero realizado en materiales de gran calidad. El volante también asimétrico incluye los controles para el sistema de sonido, compuesto por seis altavoces, compatible con MP3 y WMA. El aire acondicionado manual viene de serie, igual que las llantas de aleación de 15’’ o los cristales tintados. Todo ello y a pesar de lo que se pudiera pensar se acompaña de una serie de soluciones de espacio que complementan las limitaciones que ofrece su maletero, del que se saca rendimiento abatiendo de forma independiente los asientos traseros.
Desde su lanzamiento en Canarias el Toyota IQ dispone de un motor 1.0 VVT-i de 68 caballos. Este propulsor arroja unas cifras realmente envidiables. Tan solo 4,3 litros a los 100 kilómetros y 99 gr/km, valores alcanzados de promedio usando la transmisión manual de 5 velocidades. Existe también la posibilidad de un cambio automático denominado Multidrive. Ambas opciones consiguen concretar el objetivo de reducir las emisiones aumentando la eficacia del combustible sin renunciar a las mejores prestaciones.
La seguridad también se convierte en uno de los aspectos más relevantes y así se pone de manifiesto tras haber conseguido las cinco estrellas en los test EuroNCAP. Una larga lista de soluciones entre los que se encuentran ABS, distribución electrónica de la frenada o el control de tracción y estabilidad se unen a los nueve airbgs existentes, incluido el primer airbag de cortina ubicado en la luneta trasera, ratificando al IQ como el vehículo de su clase más equipado a todos los niveles.
Con todo el nuevo símbolo de Toyota se comporta como un vehículo ágil de conducir, estable en trayectos por autopista y muy rápido de reacciones. En ciudad pocos vehículos pueden hacerle sombra. Amplio rango de aparcamiento un radio de giro inusual y su capacidad para vadear de forma envidiable el intenso tráfico urbano, lo convierten en la elección más razonable para enfrentarnos a los nuevos retos que nos presentan los principios de movilidad del futuro.
