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Nuevo BMW M5, el paradigma de la berlina deportiva

  • Su motor V8 desarrolla una potencia de 560 CV y un par máx. de 680 Nm.

Los avances de ciertos conceptos automovilísticos como el BMW M5 no son producto de la casualidad. No atienden a conveniencias comerciales, ni tan siquiera a un programa de renovación preestablecido. Cuando BMW decide dar forma a una nueva edición de este vehículo es porque está convencido de que se existen argumentos suficientes capaces incluso de sorprender a aquellos que conocen muy de cerca la tradición automovilística de esta extraordinaria máquina. Cambios propiciados principalmente por los continuos avances en la tecnología que los soporta y que en casos como el M5 provienen de la experiencia adquirida en competición.

La quinta generación del BMW M5 vuelve a basar sus valores en una imagen armoniosa capaz de desarrollar unas extraordinarias cualidades dinámicas, todo ello sin olvidar que estamos ante un concepto de berlina deportiva de gama superior dirigida a satisfacer a un usuario muy concreto. En muchas ocasiones conocedor de los últimos avances que se producen en el desarrollo de productos tan determinados como éste y por tanto, difícilmente impresionables.

Concebido en los circuitos de carreras, el M5 debe ser capaz de evidenciar su naturaleza, armonizándola, y quizás esté aquí la grandeza de su desarrollo, con las especificaciones de una berlina para uso cotidiano. Ello implica además de incluir los más avanzados sistemas de asistencia al conductor, contraponer altas prestaciones con un soberbio nivel de confort o lo que es lo mismo, una perfecta coordinación entre la tecnología aplicada a su propulsor y el comportamiento del chasis y por tanto de toda la carrocería. Esto se ha conseguido mejorando la aerodinámica y logrando una equilibrada distribución de peso, variable que permite una relación con la potencia de tan solo 3,3 kg/CV. La dirección M Servotronic, el control dinámico de la suspensión DDC, un sistema de regulación de la estabilidad con modo M Dynamic  y unos frenos compuestos por mordazas de seis pistones atornillados radialmente al soporte basculante, permiten una excelente capacidad de aceleración, prevenir las fuerzas de desplazamientos laterales, gran maniobrabilidad y una extraordinaria capacidad de frenado. La posibilidad de activar dos modos de reglaje del vehículo mediante la tecla M Drive situada en el volante que unido a toda una serie de parámetros programables permite al conductor activar un reglaje pre configurado en función de sus preferencias de conducción.

Justificar su comportamiento dinámico no resulta tarea fácil cuando lo que ponemos al otro lado de la balanza es el motor más potente desarrollado para un modelo de BMW M. Se trata de un V8 con tecnología M TwinPower Turbo compuesto por sistema de carga Twin Scroll Twin Turbo con colector de escape común para las dos bancadas, inyección de gasolina Hight Precision  y sistema variable de regulación de las válvulas.

Este maremágnum tecnológico es capaz de desarrollar una potencia de 560 CV y un par máximo de 680 Nm disponible desde las 1.500 revoluciones. Toda esta potencia se transmite al tren posterior a través de una caja de cambios M DKG Drivelogic de siete marchas con doble embrague optimizada para conseguir una alta capacidad de tracción y provista de levas en el volante para transmitir una mayor sensación deportiva. Esta ofrece tres programas de cambios de marcha proponiendo una mayor eficacia o deportividad en su comportamiento.

A pesar de sus particulares prestaciones estamos ante el propulsor que mejor relación presenta entre potencia, consumo (9,9 litros a los 100 km) y emisiones (232 g/km). Un rendimiento que se consigue gracias a la aplicación de soluciones de probada eficacia como la tecnología EfficientDynamics en las que se incorpora la función Auto Start Stop y la recuperación de la energía de frenado. Para los que gustan de comparar cifras, la aceleración de 0 a 100 km/h es de 4,4 segundos y de 0 a 200 km/h de 13 segundos. La velocidad punta de 250 km/h, 305 km/h con el paquete M Drive.

Los rasgos distintos del nuevo BMW M5 corresponden a una larga tradición que pretende diferenciarlo en función de su estatus deportivo. Una cualidad que también se pone de manifiesto en el interior ensalzando además un alto grado de exclusividad específica de este tipo de berlinas.

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