Era cuestión de tiempo que Mitsubishi empleara en el que históricamente ha sido su ojito derecho el motor diesel más avanzado que tiene. El Lancer incorpora desde este mes de julio en el mercado peninsular la nueva mecánica DI-D MIVEC que tan buenas críticas ha recibido impulsando al ASX. Gana en dinámica, insonorización, reduce consumos y emisiones e incrementa el placer de conducción. 
Este propulsor de 1.8 litros que estrenó el nuevo ASX rinde 150 CV de potencia a 4.000 rpm y su par motor se mantiene estable en 300 Nm desde las 2.000 y hasta las 3.000 rpm. Sus prestaciones son superiores, con un plus de potencia del 7 por ciento, aunque el fabricante da más importancia a la reducción media de gasto de combustible y emanaciones de gases en un 10 por ciento, quedándose en 5,6 litros y 148 gr/km de CO2 respectivamente.
Pero además de prestaciones puras y datos que afectan a nuestro bolsillo y nuestra conciencia, la batalla de los diesel se libra también en el terreno del refinamiento. Suavidad y confort de marcha, dos conceptos que en el pasado chirriaban cuando se asociaban a un coche alimentado por ‘gasoil’ tienen un peso específico en la nota final. Aquí Mitsubishi afirma haber reducido “drásticamente” el ruido, pero también el nivel de vibraciones, logrando un ‘fifty fifty’ entre deportividad y confort, un argumento muy potente para aquellos que siguen sin concebir que el Lancer se haya dejado seducir por los encantos diesel.
La clave está en la aplicación de la tecnología MIVEC de control electrónico de alzado variable de válvulas, exclusiva de Mitsubishi Motors. El nuevo 200 DI-D ha sido el primer diesel para turismos que la ha empleado y al consiguir bajar sustancialmente el ratio de compresión (el más bajo de un motor de este tipo), se logra una suavidad y silencio de funcionamiento inauditos hasta ahora en un motor diesel.
El diseño no se toca
En pleno proceso de adaptación de la gama al estilo de diseño que implantaron él y el Colt, no había razones para tocar una línea que permanece vigente al ciento por ciento. Más aún cuando fue el Lancer más audaz de la historia reciente de este modelo y quizá por ello es uno de los vehículos con una personalidad más propia y reconocible de todos los de su categoría, si bien por talla, no se le puede situar ni en el segmento C ni en el D.
La gama Lancer 200 DID se seguirá ofreciendo en dos tipos de carrocería, el más deportivo Sportback de 5 puertas y el sofisticado sedán. Ambos modelos se caracterizan por una gran habitabilidad gracias a su batalla de 2.635 mm, y su amplia longitud total de 4.570 mm en el sedán y 4.585 mm en el Sportback.
En cuanto al equipamiento, ambas versiones de carrocería se ofrecen en un único acabado, el Motion, que incluye de serie, entre otros: 7 airbags, control de tracción y estabilidad activo STC, ABS con EBD, sistema de asistencia a la frenada BAS, sistema de señalización de frenada de emergencia ESS, faros antinieblas delanteros, llantas de aleación de 18”, sensor de oscuridad y encendido automático de luces, sensor de lluvia y funcionamiento automático del limpiaparabrisas, climatizador automático con filtro antipolen, equipos de sonido Premium Rockford Fosgate de 710 W y 9 altavoces, cargador de CDs con capacidad para 6 discos o Bluetooth para teléfonos móviles con mandos integrados en el volante.
Donde la nueva gama Lancer 200 DID sí trae mejoras en su equipamiento es en aspectos muy en boga como la tecnología aplicada al ‘infoentretenimiento’ o en la asistencia al piloto para realizar una conducción eficiente. De ello se encarga el nuevo indicador de cambio de marcha (shift indicator) y de lo primero, el puerto USB alojado en el interior del reposabrazos delantero. Esta toma nos permite reproducir un iPod o un reproductor de MP3 estándar. También con el sistema de manos libres por Bluetooth podemos escuchar archivos de audio almacenados en nuestro móvil desde el propio equipo de sonido. También son nuevas las funciones de alumbrado ‘coming home’ y ‘wellcome’, así como la dirección asistida electrónica y portón trasero con desbloqueo electrónico del cierre.
