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DS HIGH-RIDER: Dinámico, compacto y exclusivo

  • Citroën afronta una nueva etapa en la definición de esta línea con el

Con el DS HIGH-RIDER, Citroën permanece fiel a la filosofía de la línea DS de ofrecer productos que apuestan fuerte tanto en diseño como en arquitectura. Sin renegar del atractivo de los coupés tradicionales, Citroën inventa con este prototipo nuevas formas de expresar dinamismo. Frente a los coupés de 4 plazas, más bien largos y bajos, el DS HIGH-RIDER es más compacto y musculoso. Su silueta, en combinación con su altura, refuerza su carácter dinámico.

Al volante, este carácter, que se sugiere visualmente, se traduce en unas sensaciones de conducción únicas, especialmente por la combinación de varios elementos: un parabrisas que se extiende hasta el techo; una arquitectura interior diseñada pensando en los ocupantes, que muestra la atención y el cuidado que se ha puesto en los detalles; y uniones al suelo que aprovechan el saber hacer de la marca, para garantizar sensaciones deportivas y un confort al más alto nivel.

El estilo de una nueva visión

El diseño del DS HIGH-RIDER huye de cualquier cliché y posibilita el nacimiento de una forma inédita, de modo elegante y radical. El DS HIGH-RIDER no intenta explicar el dinamismo, ni la polivalencia: su propia línea es a la vez un reflejo de ambas cualidades.

Este concept-car da prioridad a la armonía y la coherencia de las formas, a través de una silueta sensual. La distancia al suelo sobreelevada y la imponente presencia de sus llantas de aleación diamantadas de 19 pulgadas dan sentido a las proporciones y participan en la definición del propio carácter del DS HIGH-RIDER. La búsqueda de una auténtica elegancia en las formas ha ayudado a huir de efectismos y poses artificiosas. Los pasos de rueda, el tratamiento de los volúmenes y, en particular, los laterales se bastan a sí mismos para expresar robustez y protección. Algunos elementos como los paragolpes delantero y trasero reflejan dinamismo y agilidad. Al estar integrados en los volúmenes del vehículo, subrayan esa imagen de coherencia.

La exclusividad y la elegancia se manifiestan también en el “Golden Gloss”, el color dorado, sensual y con un brillo inédito elegido para esta primera aparición del DS HIGH-RIDER. Los cromados que decoran las ventanillas laterales acentúan su forma peculiar, mientras que la luz protagoniza el frontal y la zaga, gracias a las guías que dibujan los faros y las luces de posición.

El concept-car DS HIGH-RIDER es definitivamente un Citroën, inmediatamente reconocible por el gran doble chevrón alrededor del cual se organiza toda su imagen frontal, hasta llegar a su zaga, más compacta y tendida.

Concepto novedoso, ágil y seductor

Desde el primer vistazo, este coupé aporta agilidad, evoca movimiento e inspira confianza, gracias a unas proporciones bien resueltas y a su carácter sutilmente musculoso, sin excesiva agresividad. La distancia al suelo se traduce en una posición sobreelevada, con un campo de visión que permite dominar la carretera y el tráfico. La sensación de seguridad y protección está plenamente presente sin arrogancia ni brusquedad. Al observar su volumen interior tampoco parece que ocupe en la carretera o en la calle un espacio exagerado. El DS HIGH RIDER conjuga unas dimensiones compactas (4,26 m de largo, 1,82 m de ancho y 1,48 m de alto) con una gran habitabilidad.

Dotado de un techo recubierto de material textil, el DS HIGH RIDER evoca el mundo de los descapotables.

El DS HIGH-RIDER se impulsa mediante un sistema de tracción “Full Hybrid” diésel, formado por un motor térmico diésel HDi FAP y un motor eléctrico situado junto al tren posterior. De esta forma, las prestaciones se conjugan con el cuidado del medio ambiente. El conjunto “Full Hybrid” diésel permite combinar de una manera efectiva la sobriedad de un motor diésel de última generación con un modo eléctrico ZEV (cero emisiones contaminantes), optimizando de forma permanente el funcionamiento alterno o conjunto de las dos motorizaciones. Por tanto, cuando el conductor necesita la máxima aceleración, el motor eléctrico puede aportar de manera instantánea su par, como un suplemento del que ofrece el motor HDi. Además, ese par se transmite a las ruedas traseras: en esas condiciones de utilización, la tracción es integral y el control total.

Autor
Agustín Déniz
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