El Campeonato de España de Rallys puede perderse esta temporada a uno de sus principales activos. El alicantino Miguel Fuster está más fuera que dentro de un certamen en el que lleva corriendo desde 1995 y que ha ganado en tres ocasiones: 2003, con un Citroën Saxo Kit Car de Auto-Laca; 2007, con un Abarth Grande Punto Súper 2000 de Fiat Auto España; y 2011, con un Porsche 911.
Precisamente ese mismo Porsche sigue con el cartel de “se vende”, pero reconoce que no se ha movido mucho “por si acaso”. Ha hecho gestiones para poder reunir un presupuesto con el que repetir con un coche al que le tiene perfectamente tomada la medida, pero con la callada por respuesta en la mayoría de los casos, se ha marcado como fecha límite finales de febrero.“Si entonces no hay nada, tendré que decidirme a venderlo”, afirma.
Fuster ya sabía cuando logró el título en el Rally Sierra Morena de 2011 que iba a ser difícil poder hacer su cuarta temporada con el 911. Sin patrocinadores de peso y el presupuesto temblando, decidió que lo mejor era tapar agujeros vendiendo un coche que a lo largo de tres años fue afilando hasta hacerlo tan competitivo que se impuso a los Súper 2000 en el Rally Príncipe de Asturias del pasado año.
El problema es que si quiere seguir compitiendo no hay otra alternativa que el Porsche, un coche que en costes de mantenimiento está a años luz de los carísimos Súper 2000, N Plus o R4. “No tiene sentido decantarse por uno de estos coches porque el mío es mucho mejor. No me importaría correr con un R3 si fuera dentro de un equipo oficial para poder competir, pero hoy por hoy eso no es posible”, admite.
Ni siquiera la puerta que se le abrió en el encuentro que mantuvo con los responsables deportivos de Ford España durante el Rally de Madrid sigue hoy abierta: “No tiene tanto que ver que RMC vendiera el Fiesta Súper 2000. El trato habría sido con ellos y parece que no han logrado el presupuesto suficiente”.
Hace años, cuando en 2005 salió del equipo oficial Citroën tras un año muy difícil al volante del C2 Súper 1.600, su amigo y antiguo jefe Ángel Ramos salió al rescate con un programa privado. Fue un año puente con un Clio Súper 1.600 antes de recalar en Fiat y lograr, un año después, su segundo título nacional. Pero la opción de reactivar el antiguo equipo Auto-Laca esta temporada tampoco es viable. “Estoy en contacto con Ángel prácticamente todos los días, pero es muy complicado. Citroën no tiene actualmente un coche como para estar peleando por las primeras posiciones. ¿El R3T? No es una alternativa para un equipo como Auto-Laca. Quizá el año que viene si desarrollan un R4”.
Así las cosas, Fuster ve poco probable que esté en tramo cuando a mediados de marzo el nacional arranque con el Rally Islas Canarias. A día de hoy cree que sólo hay “un diez por ciento de posibilidades”, ya que sin presupuesto es inviable embarcarse en una de las pruebas más costosas de todo el campeonato. “Hasta he barajado la alternativa de alquilar un coche en las islas, pero no hay disponibles. Ni siquiera un Mitsubishi, un N Plus con el que poder correr. Está muy difícil este año”.
Foto: Rafa Sosa
