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Prueba

Nuevo Audi Q3 o cómo marcar la diferencia

  • El interior se muestra más distinguido, ergonómico y confortable
  • Esta edición ofrece una respuesta más solvente en cualquier situación

Aunque 'sólo' se trata de una actualización, esta primera renovación del Audi Q3 lanzado en 2011 trae aparejada cambios mucho más profundos de lo que se observan a simple vista. Y es que si bien se parte de las mismas dimensiones, casi una exigencia para seguir defendiendo esa habilidad de la que ha hecho gala para sortear con cierta alegría el tráfico en la ciudad, ahora lo hace con una puesta al día de sus códigos de refinamiento mucho más consecuentes con su carácter premium y un menor peso de todo el conjunto.  Esta responsabilidad estética recae en unos nuevos faros con tecnología xenón plus y luces LED diurnas de serie y una nueva parrilla Singleframe tridimensional que conecta con los faros mediante un atractivo marco cromado. Igual de llamativos se muestran los intermitentes dinámicos integrados en los faros traseros LED, también de nueva factura.

La sutil evolución del interior además de ofrecer una presencia visual más distinguida y confortable también incide especialmente en la ergonomía de toda la instrumentación y de la pantalla multifunción que emerge de la parte central del salpicadero. Detalles como los aros cromados que enmarcan los botones de control y las salidas de aire, el tapizado en cuero de los asientos con regulación eléctrica, la exquisita distribución de los mandos tras el volante y la sencillez en la disposición de los espacios destinados al sistema de sonido y climatización mejoran la experiencia al volante de este nuevo Q3 donde el conductor tiene una gran sensación de dominio sobre todo lo que le rodea. La capacidad del maletero -460 litros- se mantiene entre las más generosas de su categoría, un volumen que se puede ampliar  hasta los 1.365 litros abatiendo los asientos traseros. Un cambio a mejor es la práctica bandeja cubreequipaje, ahora enrollable y anclada a los laterales. Nuestra unidad de pruebas contaba además con sistema de apertura eléctrico para el portón trasero, un lujo difícilmente rechazable una vez comprobadas sus ventajas.

Pero como apuntábamos al principio, incluso más allá de su rejuvenecimiento estético, la sensación al volante de este nuevo Q3 es de una respuesta mucho más solvente a la hora de adaptarse a cualquier situación de conducción. Buena parte de esta responsabilidad recae en el Audi drive select, o para que nos entendamos, en un selector con distintos modos de administrar la respuesta y comportamiento del vehículo al antojo de la persona que se sitúa volante. Este dispositivo reconfigura la dureza del volante, la velocidad de actuación del cambio automático y la incidencia del acelerador, entre otros aspectos, para discernir entre una posición que sorprende por su deportividad hasta el extremo de convertirse en un vehículo dócil que invita a una conducción sosegado donde prima el ahorro y la eficacia.

Alcanzar este grado de compromiso resulta aún más sencillo si, como en nuestro caso, se cuenta con las características de rendimiento del motor 2.0 TDI de 184 CV de potencia, asociado a una transmisión S tronic y añadimos los beneficios de la tracción quattro. Su valor de par máximo -340 Nm- es toda una declaración de intensiones actuando de forma explícita y notoria desde muy bajas revoluciones -1.750 rpm-, suficiente para notar el empujón a la más mínima orden del acelerador. La incorporación de la tracción integral permanente quattro supone un extra de seguridad en términos de comportamiento y se nota. A la más mínima señal de pérdida de agarre en el tren delantero, el embrague desvía parte de la fuerza de empuje a las ruedas traseras, muy adecuado cuando se circula ligero por trazados sinuosos o incluso de forma más evidente, por pistas fuera de carretera. En este tipo de situaciones, la sensación de dominio y diversión se acrecienta mediante la posibilidad de desconectar el control de estabilidad en dos fases con una influencia directa en la actuación del ABS y el bloqueo del diferencial regulando su conducta en función del terreno.

El nuevo Q3, al que no le falta detalle, se completa en nuestro caso con sistema de detección de vehículos en el ángulo muerto, sistema de activación automático de los frenos tras un impacto y freno de estacionamiento eléctrico, entre otros dispositivos, que lo sitúan de nuevo en el pelotón de cabeza de la categoría.

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