En el Dakar todo es provisional hasta que pasa el dictamen de las dunas. La octava etapa entre Salta y Belén ha tenido kilómetros y kilómetros de arena y ha sido en esas condiciones donde la veteranía ha jugado un papel protagonista. Sólo así se entiende que Nasser Al-Attiyah, que había dado por imposible poder batir a los Peugeot después de una semana arriesgando como nunca para ser cuarto, haya logrado su primera victoria parcial de esta edición.
A punto ha estado de perderla el catarí, que ha visto cómo en la clasificación le seguían, a un suspiro en un raid como este, los Peugeot de Carlos Sainz-Lucas Cruz y Stéphane Peterhansel. El madrileño ha vuelto a hacer un final de etapa demoledor, aunque lo más importante para él y para el francés es que su compañero de equipo y rival por la victoria, Sébastien Loeb, ha sufrido un vuelco a poco del final de la etapa.
La sensación de este Dakar ha terminado sufriendo en sus carnes el precio de ser novato y aunque tanto él como Daniel Elena, su copiloto, estaban bien, su Peugeot quedó lo suficientemente maltrecho como para que aquí acabe su primera aventura en el raid sudamericano. Con ello las posiciones se aprietan en cabeza con Peterhansel primero y Sainz a dos minutos y nueve segundos. 19 le ha recortado el madrileño...
El francés, líder por segunda vez en este Dakar, cree que su equipo puede meterse en problemas teniendo sólo dos coches en posiciones delanteras. Sobre todo cuando su 2008 DKR ha tenido problemas de temperatura. “Es mucho menos cómodo para el equipo contar con solo dos coches delante. Además, tampoco las tenemos todas con nosotros, porque hemos visto que la temperatura del coche subía en las zonas de dunas y hierba rala. Ya veremos”, ha señalado.
En la arena también ha brillado Cyril Despres (Peugeot), cuarto a 4:40. Mikko Hirvonen (MINI), que a pesar de su buen Dakar de debut ha estado tras la alargada sombra del también novato Loeb, ha sido quinto con Nani Roma (MINI) a continuación.
Foto: Red Bull
