Cuando un fabricante decide incorporar a la paleta de tonos de la carrocería de uno de sus modelos un nuevo color no lo hace basándose en un pálpito. Hay poco de instinto y mucho de ciencia, estudios de tendencias y opiniones de expertos en la materia a la hora de elegir un pigmento.
Si fuéramos conscientes de lo que hay detrás de cada uno de los tonos que las marcas proponen en el catálogo de sus coches, seguramente no tomaríamos la decisión de cómo vestirlo tan a la ligera. Hay una serie de tonalidades que no pueden faltar. Por tradición, y porque el propio mercado las llevan exigiendo desde hace décadas y décadas. Pero los fabricantes también se atreven a innovar para añadir personalidad, carácter e incrementar su capacidad para conectar con un determinado tipo de conductor.
La industria de la automoción no es impermeable frente a la influencia de otros sectores como la moda o el diseño. Es inevitable el influjo que tienen las previsiones que las autoridades mundiales del color realizan cada año. Una de ellas es la empresa estadounidense Pantone, que además de haber convertido en estándar su catálogo con (literalmente) miles colores, se atreve a elegir uno de referencia cada año. 
La selección trae cola, porque hay fabricantes de muy distintos sectores que la hacen suya en sus colecciones. Un grupo de expertos analiza una serie de factores, principalmente sociales, así como el momento económico y la influencia de campos como el cine o la música. Este año Pantone no ha elegido uno sino dos colores: el 15-3919 Serenity y el 13-1520 Quartz. Ambos con algo en común, su capacidad para transmitir tranquilidad. Dicen que como antídoto frente a una sociedad que vive siempre al borde de la taquicardia.
Apostar por lo seguro
Otras autoridades mundiales del color son PPG Industries, que también tiene por costumbre nombrar un color del año, y Axalta Coating System. Ambas realizan informes muy interesantes sobre qué colores predominan sobre otros en la elección que realizan los compradores de coches nuevos, aunque el de Axalta es especialmente minucioso y demuestra por qué los fabricantes suelen ir a lo seguro a la hora de elegir de qué tono va a ser el dominante en sus cadenas de montaje.
Su Global Automotive Color Popularity Report lleva 63 ediciones y en 2015 volvió a señalar el blanco como el más utilizado a la hora de teñir la carrocería de los coches a nivel mundial y, cerrando plano, también en Europa. Un 29 por ciento de los vehículos que salieron de los concesionarios el pasado año eran blancos, una tonalidad que lleva casi ininterrumpidamente en el ‘top five’ desde 1953. Con el paso del tiempo se ha diversificado a base de matices como el metalizado o el perlado, pero prácticamente desde que se produjo el cambio de siglo el blanco irrumpió como el tono dominante por delante de los rojos (que reinó en los ochenta) y el negro (más común en los noventa).
El gris y el plata sirvieron como transición antes de que el blanco se impusiera, por lo menos en aquellos segmentos de mayor volumen como pueden ser los compactos o los SUV. Sandy McGill, del área de diseño de BMW, sospechaba en 2012 que parte del ímpetu y del valor adquirido por el color blanco se debía a la influencia de los productos de Apple. Quizá sea mucho decir, pero lo cierto es que sigue conservando esa fuerza.
El pasado año el negro (21 por ciento) fue el segundo color más común, en el mercado europeo aunque siendo la opción mayoritaria en categorías que imponen un cierto estatus y más asociadas al lujo. El gris (15 por ciento), el plata (12 por ciento), el azul (nueve por ciento) y el rojo (seis por ciento) les siguieron en ese ránking.
Hay que bucear en categorías muy específicas y en nichos para ver surgir otros tonos más exóticos. En cualquier caso, la explosión de los pequeños crossover y de los pequeños utilitarios Premium altamente personalizables han quebrado esa cierta uniformidad de la que no escapa tampoco el mercado español.
Adelantándose a las tendencias
Hay marcas que en vez de seguir la corriente, prefieren convertirse en ‘trendsetter’ en materia cromática. En su Centro Técnico de Martorell Seat cuenta con su propio equipo para adelantarse a las modas en esto de los colores. Para conseguirlo invierten más de mil litros de pintura al año.
Los componentes del equipo Color&Trim tienen en consideración aspectos como la manera en que la luz incide sobre un color en concreto. El destino de una tonalidad se decide a fuego lento. “Nosotros empezamos a trabajar tres años antes de que el coche salga en la serie. Lo primero que hacemos es estudiar las tendencias que pueden marcar el futuro y cuando decidimos sobre qué gama cromática tenemos que trabajar empezamos a hacer pruebas y diferentes formulaciones”, explica Jordi Font, responsable de este departamento.
Su experiencia, sus estudios y también el puntito de instinto que requiere un trabajo tan creativo, dice que las tendencias “apuntan a que los coches tendrán colores más sofisticados, con más efectos cromáticos”, a diferencia del pasado cuando lo que se llevaba era un color plano.
