La escalada del vehículo eléctrico es ya una prioridad para las principales compañías automovilísticas. Un ejemplo lo encontramos en el anuncio del Grupo Volkswagen de comercializar un millón de unidades al año alcanzado el horizonte del 2025. Sin embargo uno de los principales, sino el principal, inconveniente con el que se encuentra el usuario o el futuro propietario es la escases de estaciones de recarga que garanticen la posibilidad de realizar largos recorridos sin sufrir la psicosis de quedarse tirado.
Conscientes de esta realidad y ante el inmovilismo demostrado por muchas administraciones, las compañías que suscriben este pacto han decidido coger el toro por los cuernos e iniciar un paulatino despliegue de estaciones de recarga dirigidas principalmente a autopistas y autovías. La red proyectada será de carga ultrarrápida, con niveles de potencia de hasta 350 kW, mucho más rápidas que las que existen actualmente aminorando considerablemente los tiempos de espera.
El despliegue comenzará en 2017 y el número proyectado inicialmente es de 400 estaciones. La intención es dar continuidad a esta iniciativa para conseguir que en 2020, los usuarios puedan tener acceso a miles de puntos de carga de alta potencia. La red estará basada la tecnología estándar de Sistema de Carga Combinada (CCS). La infraestructura de carga prevista amplía el estándar técnico existente para la carga de corriente alterna y continua (AC y DC) de vehículos eléctricos hasta el próximo nivel de capacidad para carga continua rápida con hasta 350 kW.
Las empresas fundadoras de este proyecto animan también a otros fabricantes a participar de esta red destinada a cualquier usuario de un vehículo eléctrico de batería. El proyecto en común también pretende cooperar con partners regionales para garantizar el rápido despliegue de la red.