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Que Laia Sanz está en el Dakar para hacer historia es algo que quedó claro desde que llegó en 2011. Allí donde pone el ojo, pone la bala. Y quien dice bala, dice su KTM en meta de cada uno de los ‘dakares’ en los que ha tomado parte. Siete participaciones y siete veces en meta, además, en las cuatro últimas ediciones colándose en el ‘top 20’ de la prueba de motor más dura que existe: decimosexta en 2014, novena en 2015, decimoquinta en 2016 y decimosexta este 2017. Siempre, en primer puesto entre las mujeres.
Con estos números, la piloto del equipo oficial KTM Factory Rally Team amplía su leyenda como la piloto femenina que más veces ha terminado el rally más duro del mundo. “Estoy muy contenta por haber acabado mi séptimo Dakar de siete participaciones, que es algo que no ha conseguido ninguna mujer y que muy pocos hombres pueden decir, y más terminando los cuatro últimos entre los 20 primeros”, explica la catalana, en cuyo palmarés constan además 18 campeonatos del mundo.
En el Dakar hay un componente físico muy importante. Una barrera que Laia asume, pero tras la que nunca se ha parapetado. Así, en esta ocasión se marcó como reto volver a estar entre los quince primeros y sólo se le escapó el objetivo por 50’’. “Quizá que acabe la decimosexta se puede ver como algo normal, pero es algo muy difícil de conseguir con el súper nivel que hay. Yo me considero un piloto más y para mí es igual de duro que para los hombres, pero sí es verdad que al final las mujeres, nos guste o no, tenemos una limitación física y un resultado así tiene un mérito especial”. señala.
Es tal su ambición y su confianza en sí misma que cree que si no se hubieran cancelado dos de esas doce etapas, podría haber escalado más posiciones porque se prescindió de las más complicadas. “Con lo mal que me fue la primera semana, me habría gustado que no se cancelaran etapas, porque cuando necesitas remontar, cuantos más días de carrera tengas mejor. Al final ha quedado un Dakar más corto de lo normal, con casi la mitad de horas de competición que otros años. Para mí, cuanto más largo sea el rally, mejor porque soy bastante regular y no suelo tener muchos problemas”, recuerda.
A pesar de las circunstancias, la de Corbera de Llobregat rehúye a las justificaciones y ya piensa en el futuro: “Tuve dos fallos en dos días y no aproveché las oportunidades. Creo que podría haber estado entre los quince primeros, incluso más arriba. Sé que podía hacerlo, aunque ahora es muy fácil decirlo porque todos podemos decir 'y si no hubiera pasado esto o lo otro' y el 'y si no' no valeAunque se cancelaran etapas importantes en las que seguro que habrían pasado muchas cosas, no hay que buscar excusas, porque también podrían haberme ido mal esos días. Es algo que nunca sabré, así que no lo quiero pensar. Ha sido así y ahora sólo hay que fijarse en cómo mejorar. Lo importante es que estoy entera para empezar a preparar el Dakar que viene dentro de poco”.
