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Cupra Ateca, lejos de convencionalismos

  • Motor 2.0 TSI de 300 CV y 400 Nm de par
  • Entre los modos de conducción seleccionables incluye el ‘Cupra’
  • El interior está salpicado de referencias a la deportividad

El anuncio el pasado mes febrero de la creación de Cupra como marca independiente empieza a tomar forma con el lanzamiento del Cupra Ateca del que ya empiezan a llegar las primeras unidades al concesionario Orvecame SEAT de Las Palmas. La idea de escoger un SUV como primer representante de esta saga es un desafío a los principios que marcan su estrategia, fundamentos que exploran los extremos de la deportividad e inspirados en su faceta vinculada al mundo  de la competición.

Es verdad que aunque reconocible, el Cupra Ateca tiene un halo que lo diferencia de su homónimo en muchos aspectos y que trasciende de lo puramente estético. Y es que sin perder vista el concepto de polivalencia que marca el carácter de este tipo de vehículos, su especial simbolismo requiere un plus de precisión en su comportamiento y por tanto una configuración más exigente en su construcción.

En este sentido y como primera muestra, la altura se ha rebajado en diez milímetros, lo suficiente para ofrecer un rendimiento dinámico más próximo a lo que se espera pero sin comprometer sus aptitudes como vehículo todo camino. Por supuesto también se ha indagado en otros atributos como la relación peso potencia o el uso de unas suspensiones, amortiguadores y barras estabilizadoras capaces de transmitir unas sensaciones hasta ahora reservadas a las variantes más prestacionales del universo premium pero difíciles de encontrar entre los que de verdad son sus competidores directos. Buena parte de su atractivo radica precisamente ahí.

Está claro que el primogénito de la gama Cupra no se ajusta a los convencionalismos y un buen ejemplo es su motor 2.0 TSI de 300 CV, dotado de un imponente par máximo de 400 Nm entre las 2.000 y 5.200 rpm. El propulsor transmite la potencia a la carretera mediante una caja de cambios automática de siete velocidades DSG en combinación con la tracción total 4 Drive tipo Haldex. Mecánica y soluciones como el sistema de dirección progresiva, las distintas alternativas de configuración de los parámetros de conducción, incluido el modo ‘Cupra’, o las variables que ofrece la suspensión van de la mano para ofrecer unas prestaciones y una conducta deportiva de primer nivel.  

Estéticamente las comparaciones son inevitables y si bien el parecido con el Seat Ateca es ineludible, nuestro ‘prota’ se desmarca de su homónimo de forma que no hay posible confusión. Sólo hay que fijar la vista en el nuevo logo ubicado en el centro de la parrilla principal para descubrir su recién estrenada denominación. A partir de ahí surgen nuevos elementos que realzan su imagen como la característica trama de nido de abeja, el rediseñado parachoques delantero con unas entradas de aire más generosas o un conjunto inferior de la zaga también de nueva factura sobre el que destacan dos salidas de escape a ambos lados del difusor. En el perfil no pasan desapercibidas las molduras de los pasos de rueda en el color de la carrocería, las barras del techo en negro brillante o las llantas de 19 pulgadas de diseño bicolor acabadas en cromado o color cobre. El fabricante reserva a los propietarios más intrépidos la posibilidad de equipar unos discos de mayor tamaño en opción firmados por Brembo.

A bordo, los asientos -como no podía ser de otra forma- son de corte deportivo decorados con la palabra Cupra. Estos se pueden sustituir por unos tapizados en cuero y alcántara tipo backet. Este recurso junto al particular diseño del volante aporta el picante a un decorado salpicado de referencias. Llama la atención y dado el temperamento del vehículo viene muy al pelo, el modo de visualización ‘Sport View’ del tablero de instrumentos digital – existen otros dos-  con el contador de revoluciones y a su vez el velocímetro ocupando el centro del cuadro.

La generosa pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento Full Link, el climatizador bi-zona, el freno de mano eléctrico, el cargador inalámbrico del teléfono, los distintos puertos de conexión –dos USB situados en las plazas traseras-, el sistema de sonido de ocho altavoces además de otras funciones de confort como el sistema de apertura automática del portón trasero o el asistente de aparcamiento, con sensores delanteros y traseros y cámara 360º, son los elementos más destacables de este Ateca capaz de catapultar la propuesta hasta la órbita de los SUV de más alta gama.

El equipamiento como es preceptivo en el espacio actual que vive el sector, también apuesta por la seguridad. Un avanzado catálogo de asistentes activos de ayuda a la conducción permiten la vigilancia intensiva de los escenarios habituales del trajín diario destacando el detector de peatones, el asistente en atascos así como otros de uso más extendido como el asistente de cambio de carril, el detector de ángulo muerto, el detector de fatiga o el sistema de frenado automático post-colisión, entre otros.

 

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