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Toyota GR Supra o simplemente “El Supra”

  • En el perfil prácticamente desaparece el pilar A
  • A bordo vuelve a producirse una mezcla entre tradición y modernidad
  • El programa de desarrollo se llevó a cabo por los responsables de TGR

Dado los derroteros que ha tomado la estrategia de Toyota en lo referente al mundo de la competición y con el prototipo FT-1 presentado precisamente en este mismo escenario en 2014 como base de desarrollo, por fin, la quinta generación del GR Supra ya es una realidad. Esta es la denominación oficial escogida a partir de la participación de Toyota Gazoo Racing en su desarrollo y siguiendo la nomenclatura adoptada para las nuevas versiones ‘sport’ aunque para nosotros será y seguirá siendo “el Supra”.

A pesar de tratarse un modelo completamente nuevo, los ingenieros han mantenido la disposición clásica de motor seis cilindros en línea delantero y propulsión trasera como en las generaciones anteriores. La arquitectura del vehículo como concepto tampoco presenta grandes cambios con una distancia entre ejes corta (más reducida incluso que la del GT86), un capó largo, el techo de doble burbuja y ruedas de gran tamaño.

A partir de aquí se construye una carrocería que hereda algunas reminiscencias de la generación anterior como las sugestivas aletas traseras, el alerón integrado y ciertos guiños del frontal. La idea es que el vehículo presentara un estilo moderno pero que al mismo tiempo evocara el legado de los deportivos clásicos.

Bajo estas consignas encontramos un frontal con una presencia baja realzada por una prominente parrilla y grandes entradas de aire en los flancos. Los faros frontales están equipados con leds con seis lentes y su disposición permite dar más volumen visual a las aletas delanteras.

En el perfil prácticamente desaparece el pilar A mientras toda la atención se centra en los musculados pasos de rueda traseros y en el singular desarrollo y el efecto producido por las taloneras. Reservado a los clientes del Viejo Continente lucirá unas llantas de aleación con radios en dos tonos alternos (negro y pulido) de 19 pulgadas.

Dos aspectos centran la atención de la sección posterior. Por un lado el portón del maletero con el sobresaliente alerón integrado y por otra la sección inferior donde se aloja el llamativo difusor, con las salidas de los escapes en los extremos y la agrupación central de las luces antiniebla y de marcha atrás.

Como curiosidad, en su construcción y como punto de partida se tuvo especialmente en cuenta lo que se denomina “la proporción divina” y se refiere a que para optimizar parámetros como la agilidad y la estabilidad del vehículo la relación entre la distancia entres y el ancho de la banda de rodadura debe estar entre 1,5 y 1,6. Este fue uno de los principales objetivos de sus responsables para obtener un equilibrio sobresaliente.

A partir de ahí todo fluye. La elevada rigidez estructural, el centro de gravedad bajo y una distribución de peso del 50:50, para lo que tuvieron que desplazar el motor tan atrás como fuera posible, son la base sobre la que se refuerza el referido equilibrio.

Como en el exterior, a bordo vuelve a producirse esa genial mezcla entre tradición y modernidad. La sencilla disposición sigue los cánones de los clásicos vehículos de competición con los controles agrupados a tiro de piedra del conductor. Ello contrasta con la adopción del cuadro de instrumentos y la consola central digitalizadas. El volante en cuero, de tres radios con levas, acoge algunas de las principales funciones y los asientos en cuero y alcántara son de tipo deportivo. Ante el conductor el cuadro digital ofrece información sobre las revoluciones en efecto 3D, la marcha engranada y la velocidad. La pantalla principal acoge las funciones del sistema de entretenimiento y la navegación.

¿Y el motor?

Se trata de un 3 litros y seis cilindros en línea que desarrolla una potencia de 340 CV y 500 Nm de par. Cuenta con turbocompresor de doble entrada y control de válvulas continuamente variable. La transmisión es automática de ocho velocidades, con relaciones bajas para las marchas más cortas. Además el conductor puede escoger entre dos modos de conducción –Normal y Sport-.

Dispone a su vez de función “Launch Control” para contar con la máxima tracción en salidas. Ello le permite alcanzar los 100 km/h desde paraddo en tan solo 4,3 segundos.

El Control de Estabilidad incorpora un ajuste especial de “circuito”, que reduce el nivel de intervención del sistema para que el conductor tenga más control sobre el comportamiento dinámico del vehículo.

Todas las versiones irán equipadas con diferencial activo tanto al acelerar como al decelerar y que puede ajustarse continuamente de cero al 100 % de bloqueo, con una respuesta instantánea. Una ECU específica supervisa una amplia variedad de parámetros, incluidos el uso del volante, el acelerador y el pedal de freno, así como el régimen del motor y el índice de guiñada.

Todo el programa de desarrollo se llevó a cabo por los responsables de Toyota Gazoo Racing llevadas a cabo en los circuitos más exigentes, incluido el de Nürburgring Nordschleife.

El nuevo diseño de la suspensión variable adaptativa comprende unas barras MacPherson con resortes de doble articulación delante y un sistema de cinco brazos detrás. El bastidor auxiliar de la suspensión delantera y los puntos de montaje del brazo de control se han hecho extremadamente rígidos, para ofrecer una gran precisión en las curvas, mientras que el uso de aluminio para los brazos de control y los cojinetes rotatorios reduce el peso no suspendido del vehículo, y le confiere una agilidad y eficiencia superiores. Cuenta además con unos bujes en las ruedas, con un mayor ángulo de caída y un comportamiento cinemático optimizado. La dirección asistida eléctrica presenta un ajuste deportivo, y se puede regular mediante los modos de dirección ‘Comfort’ y ‘Sport’.

La suspensión trasera goza de un diseño igual de ligero en el caso del bastidor auxiliar rígido y el soporte que lo conecta con la carrocería, lo que ayuda a conseguir un control más preciso en las ruedas. Los neumáticos son Michelin Pilot Super Sport de gran adherencia. Los neumáticos posteriores son ligeramente más anchos que los frontales. Por último, los frenos, con una potencia en consonancia, están equipados con pinzas Brembo de cuatro pistones.

Los propietarios no echarán de menos los últimos avances asociados a un uso cotidiano como climatizador bizona, control de crucero adaptativo con arranque y parada automático o el acceso y arranque sin llave. A su vez añade todas las ventajas del pack Supra Safety + que abarca los principales sistemas activos de ayuda a la conducción.

 

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