Audi da a conocer el Q4 Sportback e-tron en su versión prototipo. Más compacto que el recién llegado e-tron Sportback, se trata del último integrante de la familia eléctrica, pariente cercano del Q4 e-tron concept desvelado en Ginebra en 2019. Tiene una longitud de 4,60 metros -30 cm menor que el e-tron Sportback- mientras el ancho y la
altura se sitúan en 1,90 y 1,60 metros, respectivamente. La distancia entre ejes es de 2,77 metros.
La buena acogida que están recibiendo las versiones cupé (Sportback) en sus diferentes manifestaciones ha acelerado su desarrollo basado en buena parte en los códigos de diseño utilizados en su hermano mayor, el e-tron Sportback. De este hereda elementos como la disposición de los grupos ópticos delanteros, la banda luminosa que
conecta los pilotos traseros y como no, la inclinada línea del techo que le otorga su silueta característica. El nuevo gris kinetic será un elemento distintivo de la familia Q4. En acabado metálico y con efecto perlado, adquiere un tono verdoso dependiendo del ángulo de incidencia de la luz.
Sus proporciones lo sitúan en el rango de los SUV compactos, con un interior bien aprovechado gracias a que no existe un túnel central de transmisión que limite el espacio. El concepto de uso digital descansa en el Audi virtual cockpit personalizable con realidad aumentada (cuadro de instrumentos digital) y la pantalla táctil de gran
formato situada en la columna central. Bajo ella se encuentra la línea de mandos del aire acondicionado. Un amplio compartimento ocupa el túnel central con espacio para cargar un teléfono móvil. En el área horizontal se integran el botón selector del modo de transmisión.
Como su homónimo, su comercialización se prevé para finales de 2021 provisto de un sistema propulsor compuesto por dos motores eléctricos distribuidos entre ambos ejes con una potencia total de 306 CV (225 kW), asociado a una batería con una capacidad de 82 kWh, y tracción total quattro. Acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos y alcanza una velocidad máxima limitada de 180 km/h. En condiciones normales de conducción el sistema utiliza únicamente la propulsión trasera para maximizar la eficacia, por la misma razón el eje trasero es el que ejerce mayor impulso. El motor asíncrono delantero entra en juego de forma predictiva cuando se circula sobre superficies deslizantes o se produce una situación de subviraje o sobreviraje.
La distancia que puede recorrer con una sola carga es de 450 kilómetros en condiciones reales de conducción. En las versiones con tracción trasera esta cifra se incrementa hasta los 500 kilómetros. Se carga con un máximo de 125 kW lo que permite que en más o menos 30 minutos alcance el 80 por ciento de la capacidad total de la batería. Como se ha demostrado hasta ahora en sus predecesores, el avanzado sistema de recuperación de energía se convierte en el mejor aliado a la hora de aprovechar las posibilidades de optimizar la autonomía.
En condiciones normales de conducción el sistema utiliza únicamente la propulsión trasera para maximizar la eficacia, por la misma razón el eje trasero es el que ejerce mayor impulso. El motor asíncrono delantero entra en juego de forma predictiva cuando se circula sobre superficies deslizantes o se produce una situación de subviraje o sobreviraje.
Todo influye en su rendimiento, principalmente el uso de una plataforma modular (MEB) específicamente desarrollada para sistemas de tracción eléctrico. Ello permite situar las baterías de forma estratégica en el plano bajo del vehículo reduciendo el centro de gravedad y proporcionando una equitativa distribución de pesos. Los ejes, las transmisiones, la batalla y la interacción entre todos los componentes se seleccionan y adaptan específicamente para la movilidad eléctrica mientras ofrecen un elevado carácter deportivo en su comportamiento.
