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El compacto deportivo de la era digital

  • Su nueva identidad le viene dada a través del rostro
  • En el interior, el reto de reinterpretar los genes GTI ha sido mayor
  • Su nuevo motor rinde 245 CV de potencia

El Golf GTI, el compacto deportivo por antonomasia, acelera en su evolución para adaptarse a las nuevas necesidades: digitalización y conectividad. Después de más de cuarenta años dando guerra, la versión GTI forma parte, junto al GTD diésel y al GTE híbrido enchufable de toda la ofensiva de variantes que trae consigo la octava generación Golf.

La inyección tecnológica que augura la nueva línea del Golf no se hace a costa de esos atributos que han hecho de cada una de las ocho generaciones GTI algo genuino. Si hablamos de diseño, su nueva identidad le viene dada a través del rostro, del nuevo antifaz que estrena el Golf ‘VIII’. Sus faros, como en toda la gama, quedan más bajos y con la nueva parrilla forman un embellecedor transversal y con el característico ribete rojo por encima que integra la luz de conducción diurna led.

Es tan fina la calandra que no hay espacio para emplear otra de las características del GTI, la malla en forma de panal de abeja. No representa ningún problema para los más acérrimos amantes de la saga porque este esquema se emplea para toda la gran rejilla inferior. Las pinceladas de sofisticación las aportan los faros antiniebla en forma de equis encastrados en esa parrilla y la moldura que, a modo de toma de aire, enmarca toda esa superficie.

Los bajos resaltados afilan la silueta del nuevo Golf GTI cuyos amplios pasos de rueda pueden acoger unas llantas de 17 pulgadas de serie o las opcionales de 18 y 19’’ con un nuevo diseño. Cualquiera de ellas dejan ver otra de los signos distintivos de esta versión: las pinzas de color rojo con las siglas de Gran Turismo Inyección. Todo el contorno inferior del coche se pertrecha con unos apéndices de color negro que, a conciencia e igual que en los de competición, no se integran con la carrocería. Completando este vistazo rápido a su diseño, el pilar C tiene la característica forma del Golf y el alerón, muy discreto, se integra en la línea del techo. Un detalle para los más observadores: el logotipo GTI, que ahora emplea una tipografía más delgada, deja de estar en la costado izquierdo para situarse bajo el emblema –también nuevo– de Volkswagen.

Rojo y negro

El reto de conservar o reinterpretar los genes GTI ha sido mayor en un interior totalmente nuevo. El salto tecnológico experimentado por el nuevo Golf ofrece, entre otras muchas ventajas, un margen considerable para la personalización, y los diseñadores de la marca alemana han aprovechado todas esas posibilidades en componentes como el cuadro de instrumentos virtual, la nueva pantalla del sistema multimedia y la iluminación ambiental.

El cuadro digital de 10,25 pulgadas y la pantalla de 10 pulgadas del navegador forman un conjunto que Volkswagen llama ‘Innovision Cockpit’. Ambas pantallas estrenan un nuevo patrón gráfico en el que, como no puede ser de otra manera en esta versión, hay predominio del rojo, el negro y las gráficas deportivas. Tablero de instrumentos, guarnecidos de las puertas, portaobjetos y salpicadero toman volumen mediante una luz ambiental personalizable en un espectro de treinta colores configurables.

En términos puramente analógicos, son componentes típicamente GTI el volante deportivo con tres radios dobles de color plata, pinceladas en rojo y el emblema de la saga; el pomo de la palanca de cambios en forma de pelota de golf y los asientos deportivos revestidos con un nuevo tapizado con patrón a cuadros. A propósito del volante deportivo forrado de cuero, estrena una superficie táctil y el botón ‘Travel Assist’ que catapulta al Golf GTI a niveles inéditos de conducción autónoma.

Evolución dinámica

En sintonía con su talante deportivo, el GTI –como la versión GTD del Golf VIII– emplea una versión del chasis rebajada en 15 milímetros y el bloqueo electrónico de diferencial XDS. El tren de rodaje se basa en un eje delantero McPherson y uno trasero multibrazo y, por primera vez, ESP, XDS y la suspensión adaptativa DCC opcional coordinan su funcionamiento mediante un gestor de la dinámica de marcha. La nueva evolución de esta suspensión adaptativa permite en la posición individual del selector de perfiles de conducción un ajuste más preciso. La posición ‘comfort’ es más cómoda y las sport e individual minimizan en mayor medida los movimientos de la carrocería.

Pero la piedra angular de ese comportamiento es el nuevo motor ‘dos litros’ sobrealimentado y de inyección directa con 245 CV de potencia, es decir, un nivel de prestaciones que hasta ahora era exclusiva de la versión GTI Performance, pero por debajo de los 290 CV de la GTI TCR de la anterior generación. Su par máximo es de 370 Nm. Las versiones con la caja de cambios automática de doble embrague DSG controlada por cable estrenan un nuevo selector muy compacto que simplifica toda la consola central.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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