Con el lanzamiento del Q6 e-tron se puede decir que Audi entra en una nueva fase evolutiva dentro de su estrategia de electrificación. Esta nueva etapa coincide con la incorporación de la Plataforma Eléctrica Premium (PPE) que comparte con Porsche, lo que representa un claro avance que no sólo permitirá ofrecer vehículos eléctricos en distintos segmentos, sino dotarlos de las últimas innovaciones tecnológicas y mejorar los estándares en términos de autonomía.
Por su tamaño, el nuevo Q6 e-tron viene a ocupar el espacio existente entre el Q4 e-tron y el Q8 e-tron, aunque en el futuro no se descarta que en base a las posibilidades que ofrece la nueva plataforma, se cuele alguno más entre ambos. En concreto, mide 4,77 metros de longitud, 1,94 metros de ancho, mientras la cota de altura se sitúa en 1,65 metros. La distancia entre ejes de 2,90 metros augura una gran habitabilidad interior.
Unos rápidos apuntes sobre su diseño y es que frente a lo que ha sido la tónica general hasta el momento en cuanto apariencia, se perciben algunos cambios. El más relevante lo encontramos en el frontal en donde la parrilla cerrada es abrazada por la parte inferior por un nuevo desarrollo en negro brillante que se extiende hasta los laterales donde se sitúan las grandes tomas de aire y los faros principales. Las luces diurnas, más estrechas, se colocan en una posición más elevada lo que modifica en buena medida su fisonomía.
Precisamente la nueva tecnología iluminación que estrena el Q6 e-tron es uno de los nuevos avances asociados a este lanzamiento. Se trata, anuncian, de la primera firma luminosa digital activa del mundo. En la parte delantera, el efecto se produce mediante la interacción del algoritmo con doce segmentos que se atenúan hacia arriba y hacia abajo. Con esta solución se pueden diseñar hasta ocho firmas lumínicas diferentes a partir de los faros Matrix LED. En la parte trasera, en esta sinfonía participan todos los segmentos OLED, un total de 360, generando una imagen distintiva cada diez milisegundos mediante el propio algoritmo.
Hay más, las luces traseras digitales OLED pueden comunicarse con el entorno de forma selectiva mediante la tecnología Car-to-X. Junto a ello, los gráficos habituales muestran una firma estática específica mediante símbolos de advertencia integrados en el propio conjunto que advierten de alguna situación crítica.
A bordo, el salto generacional del concepto de digitalización conforma un singular escaparate formado por un panel principal (Audi MMI panoramic display) y uno secundario situado justo delante del pasajero (MMI passenger display). El primero lo integran el cuadro de instrumentos digital y la pantalla principal asociadas sobre un mismo módulo visual. La vinculada al pasajero, con modo activo de privacidad para no desviar la atención del conductor, permite visualizar contenidos de video o asistir a la persona al volante con la navegación, entre otras funcionalidades. El ecosistema se completa con el Head-Up Display de realidad aumentada.
La gama del nuevo integrante de la familia e-tron, compuesta en un primer momento por el Q6 e-tron y SQ6 e-tron y disponible en Canarias en el tercer trimestre de este año, se cimenta en un sistema que emplea una batería con una capacidad bruta de 100 kWh (94,9 netos) que proporciona una autonomía máxima de hasta 625 kilómetros. La potencia del sistema propulsor en el primer caso es de 285 kW (382 CV), mientras que en el SQ6 e-tron, incluido el launch control, es de 380 kW (510 CV).
En el momento del lanzamiento al mercado estarán disponibles dos variantes con tracción a las cuatro ruedas, seguidas por versiones con propulsión trasera diseñadas para ofrecer la máxima autonomía que supondrán el acceso a la gama. El Q6 e-tron quattro acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, mientras que el SQ6 e-tron sólo necesita 4,3 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. La velocidad máxima es de 210 km/h y 230 km/h, respectivamente.
Además, y gracias a la tecnología de 800 voltios y a una capacidad de carga máxima de 270 kW de serie, es posible realizar paradas de carga cortas. Se pueden recuperar hasta 255 km de autonomía en sólo diez minutos en una estación de carga adecuada. El estado de carga pasa del 10 al 80 por ciento en apenas 21 minutos. Con un cargador doméstico estándar es posible recargar con corriente alterna con una potencia de hasta 11 kW. A su vez, y gracias al avanzado sistema de recuperación de energía, el 95% de todos los procesos de frenado durante la conducción cotidiana pueden ser gestionados por este sistema, que permite al vehículo eléctrico recuperar hasta 220 kW.