Iván Ares ha estrenado los galones de campeón de España ante su público de la mejor manera posible: ganando un Rallye do Cocido desconocido para buena parte de sus rivales, marcado, indudablemente, por unas condiciones dantescas, protagonizadas por los parches de barro y los carriles de agua que han alfombrado los tramos, en el que el gallego ha dado inicio a la temporada con el pie derecho, logrando su sexta victoria al volante del Hyundai i20 R5 que coronó el pasado noviembre, aún habiendo corrido con mesura por primera vez, para no asumir demasiados riesgos en un terreno casi impracticable, que ha perfilado una auténtica carrera de eliminación.
A pesar de ir precavido, de haber pisado con prudencia esta vez el pedal del gas, Ares ha tenido sus más y sus menos en el transcurso de la jornada... Principalmente, al inicio, durante la segunda especial, donde se ha marcado un recto que le ha costado ceder a Miguel Fuster el liderato inicial que había conseguido en la súperespecial nocturna del viernes; aunque, desde luego, podría haberle acarreado mucho más...
Ese imprevisto ha instado al gallego a extremar las precauciones todavía más; pero, en la penúltima sección, cuando la lluvia ha vuelto a hacer acto de presencia, el gallego ha visto las cosas claras de nuevo y se ha adjudicado dos contundentes scratch con los que ha dejado resuelta la intensa pugna que mantenía hasta entonces no sólo con el de Benidorm sino, sobre todo, con su paisano, Iago Caamaño.
El piloto de RMC (de la provincia de Coruña, igual que Ares), uno de los hombres de referencia hoy día en el Regional Gallego, ha aprovechado su conocimiento del terreno y su destreza y experiencia con unas condiciones como las que han determinado el Cocido para medirse de tú a tú con los hombres que están llamados a copar el protagonismo del Nacional. Es más, ha llegado a liderar virtualmente la carrera a mediodía, considerando la penalización de 10" que arrastraba desde primera hora. Pero, en la recta final del rutómetro, cuando la victoria estaba ya encarrilada a favor de Ares, no ha aguantado la presión que estaba recibiendo de parte de Fuster y ha dado un topetazo al radiador que le ha dejado fuera cuando iba directo al podio.
El alicantino tampoco ha estado libre de errores: este mediodía, ha dado un toque, igualmente, al frontal de su coche, que le ha obligado a devolver a Ares el primer puesto que le había arrebatado en la sección anterior. De todas formas, ha cuajado un rallye muy solvente con su nuevo Ford Fiesta R5, demostrando que, como ha dejado claro desde que anunció el proyecto, este año tiene ambición, forma física y nivel tanto económico como deportivo para aspirar a su sexto título.
Álvaro Muñiz también ha rendido a buen nivel, lo mismo que Adrián Díaz, en el estreno de ambos con un N5; pero, horas después de haber festejado los resultados (tercero y cuarto) que habían logrado, han sido descalificados en las verificaciones finales por irregularidades técnicas en las manguetas de sus respectivas monturas (construidas ambas por RMC).
Así las cosas, Félix Macías se ha visto inesperadamente ocupando la tercera plaza de la clasificación final con su Subaru Impreza, por delante de Javier Pardo, quien, a la larga, de no haberse salido a dos tramos del final, hubiese podido defender los honores del equipo Suzuki tras el abandono por avería que ha sufrido Joan Vinyes haciendo podio con su nuevo Swift R+.
Otra joven promesa gallega, Daniel Berdomás, ha regresado a la monomarca japonesa firmando una contundente victoria, y el quinto puesto de la clasificación absoluta, nada menos, en los tramos de Lalín, donde se ha inaugurado la nueva división júnior creada en este campeonato, cuyo primer vencedor ha sido otro piloto local: Iago Gabeiras.