Aunque por sus características es uno de los pocos modelos que puede escapar al estilo kinetc design que empapa toda la gama de turismos de Ford, la marca quiso que el nuevo Ranger se hiciera desde cero empleando una nueva plataforma y un diseño rupturista.
Como otros vehículos Ford lanzados recientemente, el Ranger es un producto global que va a tener presencia en 180 mercados. Precisamente esa intención de abarcar prácticamente todo el mundo ha hecho que se tengan en cuenta las necesidades y exigencias de conductores de todos los rincones del planeta y la marca afirma que, en ese proceso, ha dado con una pick up con vocación de líder en las áreas más valoradas por los clientes potenciales de este tipo de vehículos.
¿Y qué buscan esos posibles clientes? Pues muchas cosas, porque las pick up siguen en ese limbo en el que no se sabe si son coches más enfocados al ocio o al uso laboral, si son todoterrenos con vocación aventurera o un SUV con mayor capacidad de carga. Son todo eso y más, por ello deben unir robustez y confort con dureza y estilo, además de dejarse llevar por la inercia de la industria automovilística en términos de tecnología, eficiencia y seguridad.
En ese enmarañado cruce de caminos se encuentra el Ranger, un coche que fue diseñado por un equipo que Ford tiene en Australia y que tuvo acceso al inmenso bagaje de la marca en la creación de camionetas. Todo –motores, cajas de cambio, suspensión, sistema de dirección, chasis, chapa exterior e interior del vehículo– es nuevo y a la hora de encajar todas esas partes se realizaron decenas de miles de análisis informáticos para evaluar la seguridad, durabilidad, ergonomía, dinámica y aerodinámica. De la realidad virtual de una pantalla de ordenador se pasó a la realidad tangible con los primeros prototipos que se probaron en 15 países de todo el mundo para poderlos testar en condiciones diametralmente opuestas e igual de extremas.. Entre ellos, Australia, Dubai, Tailandia, América del Norte, Brasil, Suecia y Sudáfrica.
Aires de familia
Si hablamos de diseño puro y duro, el exterior es más robusto pero a la vez más sofisticado. El frontal conserva la parrilla de tres baldas típica de la subgama de vehículos comerciales de Ford, pero ahora con faros y retrovisores mucho más grandes. El perfil presenta un parabrisas más inclinado para dibujar una silueta más deportiva pero también más rotunda al elevar significativamente la línea de cintura junto a los rieles de la caja de carga. Esto permite darle más profundidad a la plataforma, con lo que en versiones de cabina normal y ‘super Cab’ tienen un volumen de 1,82 y 1,45 metros cúbicos respectivamente, mientras que la cabina doble ofrece 1,21 metros cúbicos. En todos los casos Ford afirma que se encuentran entre los mejores de su categoría.
Con 5.359 mm de largo y 1.850 mm de ancho, el nuevo Ranger es más grande que el modelo de la generación anterior. Esto parece chirriar con la tendencia a hacer coches cada vez más maniobrables, pero para no menoscabar esa manejabilidad monta una dirección que sólo requiere 3,5 vueltas de lado a lado.
También está a la vanguardia de las pick up en capacidad de remolque (3.350 kg) y altura de vadeo (800 mm incluso completamente cargado en su variante 4x4), mientras en capacidad de carga (más de 1.350 kg) y distancia libre al suelo (241 mm) también va muy bien dotado. Esto nos lleva a hablar necesariamente de sus capacidades como todoterreno y aquí las diferencias las marcan el nueco diferencial delantero –ahora más compacto–, el eje trasero actualizado y una caja de transferencia de control electrónico más robusta que permite cambiar de modo 4x2 a 4x4 a voluntad sólo pulsando un botón. Además, puede montar un sistema de control de tracción con otros dispositivos asociados como los asistentes de arranque en pendiente y descenso en pendiente; el control de balanceo de remolque; el control de carga adaptado; el asistente de frenada de emergencia con luz de advertencia y el mitigador de situación de vuelco.
En términos de confort interior, se ha adelantado el pilar B para ganar espacio para las rodillas de los pasajeros de los asientos traseros. En la versión con cabina doble hay hasta 23 espacios de almacenaje de objetos, incluyendo una enorme consola central refrigerada con 8,5 litros de capacidad.
Si hablamos de innovaciones tecnológicas, el Ranger de 2012 también marca un antes y un después al meterse en el terreno de los turismos, sobre todo en acabados altos con Bluetooth, conectividad de equipos auxiliares a través de USB o iPod, control por voz sobre el equipo de sonido, climatizador y manos libres para el teléfono. En gama alta se añade climatizador bizona, control de crucero y, de forma opcional, un navegador con pantalla a color de doce centímetros.
Dos motores
Bajo el capó el nuevo Ford Ranger también trae consigo importantes novedades con el motor diesel 3.2 de cinco cilindros a la cabeza. Lo más ventajoso de este propulsor es su flexibilidad al aportar un noventa por ciento de sus 470 Nm de par máximo entre las 1.700 y las 3.500 rpm. Pero en Europa se estilan mecánicas más pequeñas y el 2.2 TDCI de cuatro cilindros se adapta como un guante a nuestro mercado con sus 150 CV y sus 375 Nm de par. Es el más frugal con 8,3 litros/100 km en su versión 4x2. Por primera vez el Ranger incorpora no sólo una transmisión manual de seis velocidades, también una automática que permite ahorrar algo de combustible y ganar mucho en confort.
En Canarias su precio va desde los 20.100 euros de la variante con cabina sencilla XL, motor 2.2 TDCi de 125 CV y tracción 4x2, hasta los 32.945 del Ranger Wild Track doble cabina 3.2 TDCi de 200 CV con tracción total 4x4.
