El automovilismo internacional, nacional y regional sigue sintiendo los efectos de la onda expansiva del COVID-19. Perdidos los meses de marzo, abril y mayo, federaciones y organizadores tantean el terreno para intentar abrir una ventana a partir del mes de junio, aunque nadie sea capaz de poner la mano en el fuego ahora mismo.
La Federación de Automovilismo de Las Palmas que preside Miguel Ángel Domínguez y su organizador, el Club Deportivo DGJ Sport, están trabajando con la fecha del 27 de junio para la celebración del Rally Villa de Santa Brígida que tuvo que ser cancelado a una semana de su celebración. No las tienen todas consigo porque los plazos para poder sacarlo adelante van a ser muy justos, pero ambos trabajan con esa fecha.
Lo que ya es un hecho es que la FALP quiere aprovechar al máximo el mes de agosto. Algunas de las pruebas afectadas por la crisis sanitaria han encontrado acomodo en el mes estival por excelencia. Empezando por la Subida de Juncalillo, la primera que ‘cayó’ a consecuencia de la pandemia a principios del mes de marzo y que está en el borrador de calendario que maneja la FALP el 1 de agosto.
También el Rally Isla de Gran Canaria, cuyo aplazamiento se daba por hecho –a pesar de no haber confirmación oficial por parte de la Escudería Maspalomas– y que está previsto para el 15 de agosto, es decir, una semana después de la fecha que se le había asignado al Rally Isla de los Volcanes que ahora mismo está pendiente de lo que decida el Cabildo de Lanzarote.
Todos estos cambios se anunciaron durante la rueda de prensa que Miguel Ángel Domínguez convocó durante la tarde del pasado viernes y en la que también se explicó que, ante la nueva fecha del Rally Islas Canarias y el Rally Villa de Adeje, citas ambas del Campeonato de Canarias de Rallies de Asfalto, el Rally Isla de Lanzarote pasa al 14 de noviembre. Esto allanará el camino a la posibilidad de un regional de rallies concentrado en los últimos meses del año y con una prueba por isla.