El nuevo Seat León ofrece por primera vez hasta cinco sistemas de propulsión diferentes con el objetivo de abarcar el mayor abanico de opciones y en respuesta a la demanda creciente de motorizaciones electrificadas. En este sentido y pendientes de que se sumen a esta escalada las versiones TGI de gas natural comprimido y la híbrido enchufable e-Hybrid, el nuevo compacto ya está disponible con mecánicas TSI de gasolina, TDI diésel y la opción micro híbrida e-TSI.
En el escalón de acceso debutan dos nuevas versiones, el 1.0 TSI 110 CV en gasolina, y 2.0 TDI CR 115 CV en diésel, ambos unidos a un cambio manual de seis velocidades, y asociado a la tracción delantera.
La primera de las opciones es un motor tricilíndrico sobrealimentado mediante un turbo de geometría variable, con sistema de gestión de gases que cuenta con catalizador de cuatro vías y filtro de partículas específico para los motores de gasolina.
Su respuesta, aseguran, es suave y contundente gracias a un par máximo de 200 Nm que se desarrolla entre las 2.000 y 3.000 rpm. Aún así, desde 1.500 rpm el motor ya está entregando 175 Nm, lo que supone un 87 por ciento del par máximo disponible. Alcanza una velocidad máxima de 197 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos. El consumo en ciudad es de 5,2 l/100 km según el nuevo ciclo WLTP, equivalente a unas emisiones de 119 g/km.
El bloque diésel 2.0 TDI CR rinde 115 CV y un par máximo de 300 Nm. Seat ha conseguido rebajar sustancialmente las emisiones gracias a la depuración de los gases de escape mediante un catalizador de cuatro vías. El avanzado sistema de depuración de gases cuenta ahora con dos inyectores de agente reductor de gases AdBlue para reducir al mínimo los óxidos de nitrógeno. El consumo combinado, en su caso, oscila entre 4,1 y 4,7 l/100 km y las emisiones se sitúan entre 107 y 124 g/km.
