El nuevo EQA es el fiel reflejo de cómo Mercedes-Benz pretende afrontar el reto de electrificar su oferta. Una transición serena, cimentada desde la base, construida a medida de las expectativas actuales de los clientes y altamente cualificada en términos de innovación. Su estrecho parentesco con uno de los modelos de más éxito de la reciente historia de la marca, el GLA, confirma este propósito, respondiendo a las distintas exigencias mediante tres niveles de acabado –Progressive, Electric Art y AMG Line- y el desarrollo de una gama completa.
El primer escalón lo ocupará a partir de la próxima primavera el EQA 250, rinde 140 kW de potencia (188 CV) y tiene una autonomía de 426 kilómetros en situación de conducción real. La batería de doble piso, situada en los bajos del vehículo, tiene una capacidad de 66,5 KWh y el consumo promedio se establece en 15,7 kWh/100 km.
En futuras entregas, la familia crecerá con el lanzamiento de nuevas versiones, de tracción delantera o tracción total, con un potencial energético escalado hasta situarse por encima de los 200 kW (268 CV) y un conjunto de baterías de mayor capacidad con las que se podrá superar los 500 kilómetros de autonomía.
DIGNO HEREDERO
El EQA es una acertada amalgama entre el EQC y el GLA. Mide 4,46 metros de largo al tiempo que hereda la calandra completamente cerrada del primero así como la estrecha línea luminosa identificativa que une las luces diurnas de los dos faros LED, guarnecidos con franjas de color azul.
La sección trasera está acentuada en esta ocasión por una banda luminosa, más estrecha en el centro que se ensancha hasta conectar con los grupos ópticos también de LED. Un detalle exclusivo de su perfil son las exclusivas llantas de aleación, con medidas que pueden alcanzar las 20 pulgadas, decoradas con detalles en color oro roza o azul.
Este juego con la luz y el color se traslada al interior mediante un elegante elemento decorativo retroiluminado sobre el salpicadero y el uso de los mismos tonos oro rosa y azul asignados a las toberas de ventilación y como parte del tapizado de los asientos dependiendo de las versiones de acabado. La instrumentación, con configuración específica personalizable para las funciones eléctricas, también adopta distintas combinaciones cromáticas.
La responsabilidad de interactuación con buena parte del operativo del vehículo recae en el sistema MBUX dotado de mando fónico y equipado de servicios ampliados como la navegación con Electric Intelligence. Esta nueva herramienta es capaz de configurar la ruta más corta hasta destino teniendo en cuenta aspectos como las necesidades de recarga, la orografía, las condiciones meteorológicas e incluso de recalcular los datos de forma instantánea si cambian las condiciones del tráfico o el estilo de conducción.
La habitabilidad es equiparable a la del GLA, no así su capacidad de carga –340 litros frente a 421 litros-, déficit que se compensa con la posibilidad de abatir el respaldo trasero individualmente en proporción 40:20:40 para contar con un volumen total de 1.320 litros.
El equipamiento técnico se completa con nuevos asistentes de seguridad como la función de girar o de corredor de emergencia, la de advertencia al salir del coche y una preventiva si se detectan personas en el entorno de un paso de peatones. También contará en opción con enganche para remolque con función de estabilización y desbloqueo eléctrico del cuello de rótula.