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¿Convertirías tu coche actual en un eléctrico?

  • La opción toma cierto sentido en los casos referidos a coches clásicos

Retrofit es el término que define la transformación de un vehículo de gasolina o diésel en eléctrico, una alternativa a la compra de uno nuevo, cuyo coste se mueve entre los 12.000 y 15.000 euros.

Esta alternativa supone poder beneficiarse de las ventajas de la conducción eléctrica sin tener que desembolsar el elevado precio que cuesta un vehículo nuevo de estas características.  Sin embargo, y a nuestro modo de ver, tiene importantes lagunas. Las marcas invierten miles de millones de euros en desarrollar plataformas específicas para vehículos eléctricos capaces de ofrecer una óptima combinación entre rendimiento, dinámica de conducción y autonomía ¿Qué garantías ofrecen estas reconversiones en un vehículo que no está preparado para tal fin?

La opción toma cierto sentido en los casos referidos a coches clásicos o con valor afectivo para que no tengan que sufrir las restricciones de uso establecidas para los vehículos de combustión en el futuro.

En esencia, el retrofit se trata de un procedimiento mediante el cual la mecánica de combustión de un coche se sustituye por un motor cien por cien eléctrico y un conjunto de baterías para alimentarlo. El coche tras la conversión y tras superar la correspondiente homologación, un procedimiento que no es fácil, obtiene la etiqueta CERO emisiones de la DGT con las ventajas que ello comporta en la actualidad.

Carwow, el comparador de vehículos nuevos, ha elaborado una guía específica sobre esta nueva tendencia explicando en primer lugar que no todos los vehículos son adecuados para realizar un cambio tan radical. En este sentido, señala a los vehículos más antiguos y pequeños los que resultan más sencillos de transformar ya que cuentan con menos componentes electrónicos, resultando más fáciles de adaptar.

Por supuesto, es necesario acudir a un taller especializado, el coche tiene que estar dado de alta en la DGT y contar con la ITV en vigor.

Una vez recibido el ok de los profesionales, el primer elemento en desaparecer es el motor de combustión seguido de la transmisión, el sistema de escape y el depósito del combustible. Otros elementos básicos como el cableado necesario para que elementos indispensables funciones deben mantenerse. A continuación se realiza el anclado de la batería y el motor eléctrico al chasis del vehículo.

Una vez que todos los elementos están colocados y anclados, el nuevo vehículo eléctrico debe pasar satisfactoriamente diferentes pruebas para comprobar que todo funciona, que el coche no ha perdido funcionalidades y que el conjunto de la estructura del vehículo puede soportar los nuevos elementos sin problemas. Si todo el proceso recibe la aprobación, llega el momento de la homologación que debe realizar un centro de certificación autorizado cuya aprobación será vital de cara a conseguir el visto bueno de la ITV. Si llegados a este punto todo está correcto, el nuevo vehículo por fin estará autorizado para circular de forma legal.

El coste medio de la conversión suele estar entre los 12.000 y los 15.000 euros en función del modelo, tipo de transformación y de los posibles problemas o inconvenientes que puedan aparecer en el camino. Se trata de una cifra elevada pero aun así bastante alejada de los precios que ronda un vehículo eléctrico nuevo en el mercado actual.

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