Muchos usuarios dispuestos a cambiar de coche se enfrentan por primera vez a la disyuntiva de si ha llegado el momento de dar el salto al vehículo eléctrico. Hoy son una alternativa real de movilidad, sin embargo, aún existe cierta desconfianza derivada de argumentos recurrentes como la escasa autonomía, la escasez de puntos de recarga y sobre todo, el elevado precio de los vehículos.
El Gobierno ha puesto algunas herramientas para incentivar su compra. Planes de ayuda, deducciones, descuentos en el impuesto de circulación, exención del impuesto de matriculación, instrumentos todos ellos con los que se pretende estimular el mercado del vehículo cero emisiones. A ello se suman otros beneficios derivados de la condición de usuario, pero parecen no ser ni suficientes ni efectivos.
Lo que es incuestionable, dada la legislación actual, es que el motor de combustión tiene los días contados. Se impone un necesario cambio de modelo que permita ralentizar los efectos del cambio climático y ello pasa necesariamente por reducir las emisiones contaminantes y de partículas nocivas asociadas al transporte en general, y al coche en particular.
Arturo Boyra lo tuvo claro. Quizás esté en el top tres de usuarios en Canarias que hace casi una década decidió que el vehículo eléctrico era la solución más adecuada apelando a su elevada conciencia ecológica. Sin duda, su condición de Licenciado en Ciencias del Mar y el desarrollo de su profesión como director de la agencia “Oceanográfica: Divulgación, Educación y Ciencia” tiene mucho que ver.
Sea cuales fueran las motivaciones, los beneficios como usuario asociados a la adquisición de un vehículo eléctrico son múltiples y van desde los medioambientales hasta los estrictamente económicos, seguro que también existe algún pero. Hoy hemos pedido a Boyra como usuario que haga de embajador del vehículo eléctrico en base a su dilata experiencia.