En las horas previas al arranque del Gran Premio de Valencia de Fórmula Uno, Ferrari y uno de sus principales socios en este campeonato, Shell, han puesto a prueba a los periodistas que lo siguen en su simulador profesional.
Situado en el Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de la capital del Turia, este sofisticadísimo dispositivo ha servido para monitorizar las constantes vitales de los periodistas especializados y compararlas con un piloto profesional como Marc Gené. Casi recién aterrizado de su participación en las 24 Horas de Le Mans con Audi, el probador de Ferrari no sólo dio una lección de destreza, también de forma física, un factor que, por increíble que parezca, también influye en el rendimiento en un simulador tan avanzado como el de Ferrari.
Supervisando todo ha estado una eminencia en la medicina deportiva como el doctor Ángel Villamor, asistido por Fred Fernando, de Medex, otro socio técnico del equipo italiano en materia médica. Juntos pusieron a prueba la capacidad física, el nivel de recuperación y también el aspecto mental, ya que si algo es capaz de emular esta herramienta es el nivel de concentración que requiere pilotar un F1 y las altas dosis de estrés a las que son sometidos los pilotos.
Y es que a pesar de ser eso, un simulador, Villamor destacó aspectos muy interesantes recabados a través de medidores de la frecuencia cardiaca, antes, durante, y después del esfuerzo, así como la saturación de oxígeno en sangre y la presión arterial. “Todos, incluido Marc, presentan un aumento de frecuencia cardiaca esperando el momento de la salida y después vuelven a valores más cercanos a la frecuencia basal cuando conducen. Los momentos más estresantes, como son curvas comprometidas o frenadas bruscas, provocan en todos una subida de frecuencia cardiaca, que es mucho mayor aún cuando se salen de pista, pero sin lugar a dudas, Gené destaca por su gran estabilidad a lo largo de todo el test”.
Y no sólo eso, según el doctor por cuyas manos han pasado algunos de los mejores pilotos de competición de todas las especialidades habidas y por haber, “los datos obtenidos un minuto después de haber finalizado, demuestran también que el piloto se recupera mucho más rápido y esto delata la forma física de cada una de las personas que se han sometido a las pruebas”. En este sentido los periodistas mostraron una recuperación media de entre un 13 y un 30 por ciento un minuto después de ‘bajarse de monoplaza’, mientras que Marc Gené tenía un 60 por ciento de recuperación. En este test organizado por Shell, el probador de Ferrari subió de las 54 pulsaciones por minuto en reposo hasta las 88 al ponerse a los mandos; sus competidores subían desde las 64 pulsaciones hasta las 120.
Los datos de oxigenación y tensión arterial revelan que los ‘no pilotos’ sufrieron un mayor estrés emocional que físico, algo que según Ángel Villamor “denota una gran competitividad, frente a la serenidad de un deportista”. Una calma que es fruto de la experiencia, pero también de una preparación física exquisita. Como explicó Fernando de Medex este capítulo no es exclusivo de los conductores y explicó que la Scuderia Ferrari cuenta con un programa específico en el que también participan los mecánicos del equipo. “Tenemos un gimnasio en Maranello y cuidamos su forma física. En un deporte como este, donde los test están tan limitados, la preparación es muy importante porque simplemente durante la carrera un piloto puede perder entre tres y cuatro kilos de peso y si no se controla bien puede llegar a perder la concentración”.
Así que los quemados de los simuladores ya lo saben. Horas de práctica, sí, pero también hay que soltar de vez en cuando el volante y hacer ejercicio...