La voracidad de Sébastien Loeb no tiene límite. El ocho veces Campeón del Mundo de Rallys hace tiempo que dejó a un lado las comparaciones con los otros grandes pilotos de esta disciplina y con la inmensa mayoría de las estadísticas a su favor por goleada, parece empeñado en colgar los guantes convertido ya en leyenda de este deporte. En Alemania, un rally que había ganado en ocho de sus nueve ediciones en el calendario mundialista, volvió a demostrar que –sea por la razón que sea– no hay quien pueda ponerse a su altura y que solo dejará de ganar y ganar el día en que él decida parar.
Novena cita de un mundial 2012 en el que ya tenía seis triunfos y cuatro de manera consecutiva, ‘Seb’ y su copiloto Daniel Elena bordaron las tres etapas para obtener una ventaja final de dos minutos cerrados sobre Jari-Matti Latvala y Mika Anttila (Ford Fiesta RS WRC).
Como siempre, ayudó a que su cabalgada por los pintorescos tramos alemanes fuera en solitario los errores de sus rivales. Petter Solberg, por ejemplo, empezó fortísimo en la primera etapa, pero terminó arrancando la rueda trasera derecha de su Ford Fiesta RS WRC y cuando se reenganchó ya sólo pudo aspirar a la undécima plaza final.
Thierry Neuville, que hizo una primera etapa prodigiosa también acabó teniendo una salida de carretera en la segunda etapa que le impidió pasar de la decimosegunda posición final, igual que Dani Sordo. El cántabro de Prodrive y Mini llegó a ocupar también posiciones de podio, pero un pinchazo primero y después un golpe que dañó el radiador de su coche lo llevó a abandonar el sábado para reengancharse el domingo para sumar los puntos de la décima posición.
Y mientras todos sus potenciales rivales iban cayendo a lo largo de las dos primeras etapas, Loeb fue ampliando más y más su ventaja al frente de la carrera contando a veces con la ayuda de la suerte, esa que sólo sonríe a los campeones. Como en el primer tramo del sábado, cuando se puso a llover con fuerza justo en el momento en el que el alsaciano alcanzaba la meta. Y para que la exhibición fuera total, los de Citroën se llevaron también el Power Stage para estirar hasta los 54 puntos su ventaja al frente del mundial respecto a su compañero Mikko Hirvonen.
Jari-Matti Latvala (Ford Fiesta RS WRC) no se complicó en absoluto en el rally alemán y después de perder la estela de la cabeza en la primera sección por una elección de neumáticos que resultó equivocada, prefirió atrincherarse en la segunda posición y sumar así un buen puñado de puntos. Lo mismo se podría decir de Mikko Hirvonen que si bien en tierra no anda muy lejos de Loeb, no puede decir lo mismo en asfalto. En este Rally de Alemania pasó tan desapercibido que raro fue el tramo en el que algunos de los jóvenes pilotos con WRC privados no terminaron por delante de él. A pesar de ello el aluvión de abandonos lo situaron en la tercera posición final a dos minutos y medio de su compañero de equipo.
Mads Østberg (Ford Fiesta RS WRC) fue cuarto con el Fiesta del Adapta World Rally Team seguido de Chris Atkinson, que debutaba con el John Cooper Works WRC del WRC MINI Team Portugal. Sebastien Ogier brilló finalizando en sexta posición con el Skoda Fabia Super 2000 del Volkswagen Motorsport y tras él, su compañero Andreas Mikkelsen también cuajó una gran carrera para ser séptimo. En un momento en el que arrecian los rumores sobre quién pilotará el segundo Volkswagen Polo R WRC en 2013, el noruego volvió a dejar su sello al hacer el tercer mejor tiempo absoluto en el Power Stage.
Nasser Al-Attiyah no pasó de la octava plaza por delante de un Ott Tänak que mereció mucho más. El estonio de Ford llegó a ir cuarto absoluto después de marcar dos scratch absolutos el sábado, pero acabó saliéndose de carretera y de ahí que tuviera que conformarse con la novena posición. Pero su equipo decidió que éste abandonara para poder cambiar algunas piezas dañadas de su coche y esa medida aca
