Llámalo Sebástien, llámalo equis

  • Aquí suelen ganar los más valiente, técnicos y talentosos
  • Los 'pisapedales' que ganan sin despeinarse son la excepción

Por muchos años que lleve metido en este negocio –desde un lado de la trinchera o desde el otro–, nunca dejará de sorprenderme la ingente cantidad de argumentos, sin base científica alguna que los sustente, que buscan muchos ‘aficionados’ o los propios rivales para intentar desprestigiar al campeón de turno.

No digo yo que no haya habido casos en los que la superioridad mecánica haya sido tan manifiestamente amplia que cualquier pisa pedales haya podido ganar sin despeinarse, pero creo que estos casos son la deshonrosa excepción de un mundo donde casi siempre ganan los más valientes, técnicos y talentosos. Pienso que todos los deportes del motor se fundamentan en el trabajo en equipo. O sea, a grandes trazos, piloto (y copiloto en los rallies), equipo técnico-mecánico (máquina incluida) y patrocinadores. Creo que es impensable que si falla alguno de estos tres elementos se pueda alcanzar triunfo alguno.

Bien, dicho esto, y no creo estar descubriendo la pólvora precisamente, sería bueno preguntarse por qué en casi todas las categorías de casi todos los campeonatos siempre hay demasiadas personas empeñadas en buscar, y en la mayoría de los casos inventar, argumentos para restar o destruir por completo el mérito del piloto en cuestión. 

Quizá el caso más sangrante sea el de Sebastien Vettel, ya que en este caso y especialmente en nuestro país, se mezclan otros muchos factores, tales como el orgullo patrio –fomentado principalmente por algunos medios de comunicación– y las opiniones lanzadas al viento desde la más profunda ignorancia, ya que desde la consecución del primer título mundial de Fernando Alonso (uno de los nuestros) parece que en este país todos tengamos un ingeniero dentro capaz de explicar hasta lo inexplicable. A este paso, no sería de extrañar que un día de estos llegue a Cuarto Milenio el extraño caso de la ausencia de títulos del supuestamente mejor piloto del mundo en la supuesta mejor escudería del planeta. Quizá el entrañable Iker pueda desvelarnos tan enigmático misterio.

Que el equipo Red Bull de F1 lleva cuatro años un pasito por delante de los demás en todos los aspectos es un hecho; que Adrian Newey es el mayor genio de la aerodinámica también; y que Sebastien Vettel tiene un grandísimo talento para pilotar no es menos cierto que todo lo anterior. Y al que esto le escueza tiene un problema que debería hacérselo mirar, y si no, siempre le quedará la barra del bar, que es, de toda la vida, donde siempre se han resuelto los grandes problemas.

Por cierto, hay otro Sébastien. El de los rallies, que también corría en un equipo, Citroën, que parecía estar casi siempre un punto mejor que los demás. Pero después de ganar nueve mundiales consecutivos creo que hasta el más ciego admite que Loeb es otro de los pilotos de los que rompen el molde. Habiendo corrido en el mejor equipo o no. Ahora se va al Mundial de Turismos a afrontar un nuevo desafío, y yo que ustedes no le perdería la pista, ya que éste es de los que se le tuerce el gesto cuando queda segundo. Su relevo en el Mundial de Rallies parece haberlo cogido con fuerza el tercer Sébastien en cuestión, y podrá estar en el mejor equipo o no, pero tiene toda la pinta de que Ogier ha llegado para hacer historia.

A riesgo de ser tachado de hereje, vaya desde aquí mi felicitación para los Sebastianes o ‘Chanitos’, ya que estos tres pilotazos están contribuyendo a subir el nivel del automovilismo a cotas no alcanzadas anteriormente. Ahí están los números en forma de records para corroborarlo.

Para terminar, les dejo dos conclusiones. La primera es que, si nos gusta el mundo de la gasolina verdaderamente, no nos convirtamos en hooligans y aprendamos a valorar, admirar y, sobre todo, respetar a los grandes pilotos. Y eso independientemente de otros factores como nacionalidad, equipo en el que milite o que le pase por encima a tu piloto favorito.

Y la segunda es que, si tienes un hijo y quieres que sea campeón del mundo de cualquier modalidad sobre cuatro ruedas... ¡Ponle Sébastien de nombre si aún estás a tiempo! Pura estadística...

 

Autor
Alberto Monzón
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