Toyota lo ha vuelto a hacer. Tanto crítica como público coinciden en señalar como un acierto la decisión de dar un vuelco completo a la popular imagen de la primera generación. En su nueva edición, el modelo no sólo gana en atractivo, sino que mejora en calidad de construcción y afina su comportamiento, al tiempo que procura una mayor eficiencia.
Lo hemos probado en su versión 2.0 Agua Premier Edition, con el mismo acabado bitono naranja y negro que Toyota empleó en el momento de su lanzamiento. Con poco más de un mes de rodaje por las carreteras de las islas, sus nuevas líneas de expresión despiertan, cuanto menos, curiosidad, gracias de nuevo al original diseño de su silueta deportiva cupé.
Para poner el modelo en situación hay que remontarse al prototipo presentado a finales de 2022. Entonces descubrimos que sus líneas de expresión adoptarían cierto parecido a las del Toyota bZ4X cien por cien eléctrico. Un peso escénico que insiste en su potencial aerodinámico y sus formas compactas y musculadas, que ahora acogen las manillas de las puertas enrasadas y el imponente contraste de sus grandes llantas de 19 pulgadas.
El estilo de los grupos ópticos, pero sobre todo la firma lumínica también tiene un singular impacto en su imagen. Esta añade un toque distintivo tanto al frontal como a la sección trasera cuyo conjunto integra los nombres de la marca y del modelo como parte del listón iluminado que recorre de extremo a extremo el portón de apertura eléctrica.
ACOGEDOR
El nuevo C-HR mide 4,36 metros, esto es 3 cm menos que su antecesor, no obstante, cuenta con la misma distancia entre ejes -2,64 metros-. Eso sí, gana 35 mm en anchura lo que no impide que siga existiendo la sensación de que el espacio para las piernas en las plazas traseras vuelve a ser algo limitado si, como es el caso, el conductor tiene una estatura por encima de la media. La capacidad del maletero de 388 litros, sin embargo, es de lo mejorcito en un vehículo de su categoría y dimensiones. También se aprecia una mejora en el tacto y el mullido de los materiales que conforman la ambientación.
Dentro, la distribución de los elementos encargados de toda la operativa giran en torno al puesto de conducción que sutilmente se convierte en un espacio aislado desde el que se dominan las principales funcionalidades del vehículo. Ello facilita la interacción con el panel de la instrumentación digital, la nueva pantalla principal de mayor tamaño (12,3 pulgadas), los controles de la climatización independientes, conectores y la plataforma de carga inalámbrica. Igual de intuitivo es manejar la interfaz táctil que da acceso al menú principal del sistema actualizado de infoentretenimiento (Toyota Smart Connect) compatible con Android Auto y CarPlay, operativo también a través del control por voz. Nuestra versión de acabado añade a todo lo anterior un práctico Head-up Display.
Existen otros aspectos a destacar. Es el caso del techo panorámico, la tapicería exclusiva y el nuevo sistema de iluminación ambiental y como este actúa ofreciendo alertas visuales relacionadas con algunos de los sistemas asistencia a la seguridad, por ejemplo, iluminando en rojo el interior para advertir de la apertura de una puerta o cuando existe riesgo de cortar el paso a un peatón, un ciclista o si un coche se encuentra próximo.
La insonorización interior también es notable, como lo es el confort de los asientos de corte deportivo, calefactables y dotados con regulación eléctrica y asistente de salida.
200H
Si existe una razón de fondo por la que Toyota brilla en este momento en el firmamento entre las marcas con mejores datos en ventas, es gracias a la tecnología híbrida. Después de décadas de desarrollo, esta solución mecánica se ha convertido en la tecnología a imitar, sinónimo de fiabilidad y de garantía en términos de economía de combustible.
Es el caso del motor de nuestra unidad de prueba, el 200H es la combinación más potente en la actualidad, ofrece 196 CV y si bien, por el principio de eficiencia que prima como principio irrenunciable, no tiene la explosividad de un motor de combustión convencional, su agilidad y empuje lo convierten en un vehículo divertido, capaz de dar un golpe en la mesa si hay que sacar partido a sus prestaciones y comportamiento.
A ello contribuye también la nueva afinación del chasis. La suspensión, sin durezas excesivas, se muestra más firme y bien sentada, mejorando el confort y el equilibrio del vehículo en cualquier escenario. Este motor, aunque no es el caso, añade la opción de tracción eléctrica a las cuatro ruedas AWD-i. Cuenta con un motor-generador eléctrico adicional en el eje trasero que mejora el control y el agarre transmitiendo mayor confianza en curvas o sobre superficies resbaladizas.