Como el resto de la gama de turismos, el Peugeot e-Rifter también se actualiza, presenta un diseño completamente renovado, un interior más versátil y polivalente, y mejoras en términos de rendimiento con una autonomía que ahora alcanza los 320 km.
Nuevo frontal, nuevos colores, pero el mismo concepto práctico. Su diseño moderno y robusto es la viva imagen de un modelo que aspira a convertirse en un fiel compañero de batalla. Sus funciones están perfectamente definidas, responder a las ocupaciones diarias, especialmente aquellas relacionadas con las actividades deportivas o de ocio como se desprende de su altura libre al suelo y la existencia de protecciones laterales y barras en el techo.
Esa misma actitud se refleja en el interior. Su ergonomía y gran sensación de espacio, gracias en buena medida a la amplia superficie acristalada y el singular techo solar panorámico, hacen del habitáculo un lugar agradable en el que viajar. La atención al detalle también se manifiesta a través de los numerosos espacios portaobjetos y su oferta de entretenimiento al contar con un nuevo panel de instrumentos digital y una gran pantalla táctil central desde la cual se controla el sistema de audio y la navegación.
No obstante, su mayor virtud es su capacidad para adaptarse a las necesidades particulares de cada usuario. El nuevo e-Rifter está disponible en dos longitudes -4,40 y 4,70 metros-. La versión más larga está configurada para siete pasajeros, en la segunda fila, los tres asientos son individuales y se pueden plegar fácilmente en el suelo. Ambas versiones cuentan con dos puertas correderas en los laterales y un gran portón trasero lo que facilita el acceso, y la carga y la descarga.
Las baterías están situadas bajo el piso y no afectan al volumen interior del vehículo. El maletero ofrece una superficie de carga que va desde los 775 litros bajo la bandeja trasera de la versión de 5 plazas hasta los 4.000 litros bajo el techo con los asientos abatidos del e-Rifter largo. El transporte de objetos largos es más fácil gracias al asiento del pasajero delantero, que se pliega en el suelo.
La gama mecánica se concentra en una sola opción propulsada por un motor eléctrico, alimentado por una batería de 50 kWh, que desarrolla una potencia máxima de 136 CV (100 kW) y un par máximo de 270 Nm. El trabajo realizado en la eficiencia global del vehículo ha permitido mantener los mismos niveles de prestaciones y, al mismo tiempo, mejorar la autonomía que ahora es de hasta 320 km.
Cuenta con tres modos de conducción -Eco, Normal y Power- y se ha incorporado un nuevo sistema de frenado regenerativo de tres niveles que se gestionan desde las levas situadas en el volante. De serie, cuenta con un cargador de a bordo de 7,4 kW y como opción uno trifásico de 11 kW. La capacidad de carga máxima disponible es de hasta 100 kW, con la que se obtiene una carga de hasta el 80% en más o menos media hora.