Pocos pilotos pueden presumir de tener tres títulos de Campeón de España de Rallys con tres marcas distintas y con coches de tres categorías diferentes. Miguel Fuster es uno de ellos y tiene razones para sacar pecho.
Pocos o ninguno hasta este pasado sábado. El piloto de Benidorm fue el ganador del nacional en 2003 bajo el ala del equipo tinerfeño Auto-Laca con un Citroën Saxo Kit Car; en 2007 como piloto oficial de Fiat España al volante de un Grande Punto Súper 2000 y, en 2011 con el Porsche 997 GT3, el segundo GT en lograrlo desde que lo obtuvieran en 2009 los hermanos Vallejo. “Me han dicho que soy el único en conseguirlo y la verdad es que es un honor. Estoy muy contento por ello”, reconoce Miguel.
El de esta temporada ha sido el primer campeonato absoluto que logra con el valenciano Nacho Aviñó como copiloto –en los otros dos tuvo a José Vicente Medina cantándole las notas- y se da otra curiosa coincidencia, que desde el primero de 2003, los títulos han llegado con una cadencia de cuatro años. Ajeno a estas cábalas, lo que sí que sabe Miguel es que éste ha sido uno de los más difíciles, y por eso agradeció “de corazón” nada más lograrlo a todos los que le han apoyado, especialmente a su familia y sus amigos.
“Ha sido una de las temporadas más complicadas de mi vida deportiva, tanto por el tema económico, como por la rivalidad en el campeonato. Estamos en una época muy difícil, ha costado mucho estar ahí y todavía nos va a costar más estar en la próxima”. Fuster no esconde cierto desánimo, por eso espera que el título y las felicitaciones de todos estos días le permita a él y a su equipo “cambiar de actitud”. “Es lógico que esté así. Te dejas la piel en los tramos y no ves una simple recompensa a nivel de patrocinios o de una ayuda que nos permita seguir adelante. Acabamos de conseguir el campeonato y no podemos ir siquiera a cenar todo el equipo a celebrarlo. A veces uno se pregunta qué hacemos aquí”.
Como Sergio Vallejo, el ex piloto oficial de marcas como Citroën o Fiat no entiende que por ganar un rally o el título, no haya un premio en metálico o algún tipo de aliciente. “He estado con mi amigo Nico Terol –que se proclamó Campeón del Mundo de 125 cc el pasado domingo en Cheste- y por ganar el título tiene muchísimos incentivos. Sin embargo, nosotros, ni un euro. Es una vergüenza. Pero la culpa la tenemos nosotros, los pilotos, que sabemos a lo que vamos, nadie nos ha engañado”, admite.
Con este panorama y como ya avanzó MotorEnLinea.es la pasada semana, es poco probable que Fuster viaje a Madrid a participar en el último rally del nacional. Nacho y él llegaron tan justos de presupuesto que en Córdoba salieron en todos los tramos con neumáticos usados, si bien sólo necesitaban ser decimoquintos para lograr matemáticamente el título. Entre las dedicatorias, también “a esos aficionados incondicionales que, curva a curva, tramo a tramo, rally a rally, me han estado aplaudiendo, animando y dando fuerzas” y con la figura de Marco Simoncelli, el piloto italiano fallecido en accidente durante el Gran Premio de Malasia de MotoGP, muy presente. El Porsche 997 GT3 dejó espacio en su capó para el número 58, un pequeño homenaje a un deportista que Fuster conoció durante una de sus visitas a los grandes premios.
