Después de cuatro derrotas consecutivas contra Jan Kopecky (Islas Canarias y Sicilia), Hänninen (Irlanda) y Dani Sordo (Tour de Corse) y el abandono de Ypres, Andreas Mikkelsen necesita un triunfo que lo confirme como ese gran piloto que todos creen que es. El vigente campeón del IRC ha vuelto a su superficie favorita, la tierra, y en el Rally San Marino, séptima cita de esta campaña, era el gran favorito al ausentarse los dos oficiales de Skoda Motorsport, de manera que su liderato después de la primera etapa no es ninguna sorpresa.
Si lo fue el que empezarán por delante de él otros Skoda Fabia Súper 2000 en el primer tramo, los del alemán Sepp Wiegand y el italiano Umberto Scandola. Al piloto de Skoda UK Motorsport le costó otros dos tramos llegar hasta el primer puesto debido a la dificultad de ‘Sestino’ (19,33 km) y a unos neumáticos que hicieron incontrolable el coche en ‘Mercatello 1’ (24,15 km). Tras la visita a la asistencia pudo solventar ese problema y aunque se puso al frente del rally Giandomenico Basso estaba siendo mucho más difícil de batir en tierra de lo esperado, algo que el noruego justificó por las ventajas del motor sobrealimentado del Ford Fiesta RRC. Acabó la etapa a sólo 4,1’’ de él.
En realidad todos sus rivales estuvieron a un nivel superior de lo que cabía esperar. Bien por las dudas de Mikkelsen o por méritos propios, además de Basso también despuntaron –siempre con Skoda– Sepp Wiegand y Umberto Scandola. La joven promesa alemana se hizo con su primer scratch en el IRC confirmando que es su superficie favorita a pesar de venir de cinco pruebas consecutivas en asfalto. Resistió en el liderato hasta esa tercera especial cuando lo relevó Mikkelsen, pero acabó la etapa a 34’’ después de hacer un trompo en la cuarta especial y verse obligado a maniobrar para volver a la dirección correcta. Además el de Skoda Auto Deutschland se llevó dos buenos sustos en el segundo tramo y decidió bajar el ritmo para seguir progresando.
En cuando a Scandola, en realidad el italiano no pudo enseñar todo su potencial porque desde el primer tramo su coche estuvo arrastrando una avería de motor que no pudo solucionar en el primer paso por las asistencias. A pesar de ello cerró la primera etapa a sólo 9,6’’, un suspiro faltando otros ocho tramos más.
Las diferencias de este cuarteto de cabeza respecto al resto fueron abismales. Sólo después de cuatro especiales el finlandés Juha Salo (Ford Fiesta S2000) se dejaba más de un minuto, ayudado eso sí por un pinchazo a tres kilómetros de la meta del TC4. Lo acabaría superando el Subaru Impreza STI R4 de su compatriota Jarkko Nikara, líder destacadísimo de la IRC Production Cup con más de dos minutos sobre Maurizio Angrisani (Mitsubishi Lancer Evo X) y Marco Tempestini (Subaru Impreza STI R4).
Patrik Flodin no pudo asomar siquiera la cabeza entre las primeras posiciones porque una fuga de agua en su Ford Fiesta Súper 2000 durante la primera especial le llevó a abandonar. Séptimo por culpa de una penalización de diez segundos, el suizo Laurent Reuche (Peugeot 207 S2000) podía estar tranquilo porque las diferencias respecto a Angrisani y Tempestini eran muy abultadas.
