Según un estudio realizado por Essilor, Fesvial y el INTRAS de la Universidad de Valencia con la colaboración de Cepsa, el 28% de los conductores canarios (más de 310.000) presenta deficiencias en ametropía lo que tiene una incidencia directa en los tiempos de reacción.
Del mismo informe se desprende que el 24% presenta dificultades de visión en condiciones óptimas de iluminación, una cifra que aumenta hasta el 42% en situaciones de baja iluminación. Ante un deslumbramiento, el 30% de los conductores tarda más de 20 segundos en recuperar totalmente la visión central y el 38% presentan deficiencias en campimetría, superando en 15 puntos a la media nacional.
Con el lema “la seguridad vial empieza por una buena visión”, la iniciativa se argumenta a a partir de dos estudios, uno de opinión sobre hábitos, creencias y actitudes sobre la visión y conducción, y el otro a través de unas pruebas visuales específicas para la conducción complementarias al examen visual habitual que realizan los profesionales.
La ametropía (miopía o hipermetropía) es una anomalía de la visión que impide que los objetos se enfoquen bien sobre la retina. Ello dificulta por ejemplo que se vean con nitidez las señales o incluso puede llevar a un cálculo erróneo de las distancias.
Sobre la agudeza visual, el profesor Luis Montoro, presidente de Fesvial y Catedrádito de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, explica: “Los accidentes de tráfico nocturnos son los que registran una letalidad más elevada y el 27,5% de los siniestros en carretera se producen en condiciones de iluminación insuficiente. Sin duda, la conducción nocturna con mala visión es un claro riesgo ya que reduce la agudeza visual en un 70% y la captación de la profundidad puede llegar a ser 7 veces menor”.
En el caso del deslumbramiento por otro vehículo, situación a la que reconocen enfrentarse con mucha o bastante frecuencia el 30% de los conductores canarios, o el deslumbramiento a la salida de un túnel, algo habitual para el 13% de los conductores, la capacidad de recuperación es clave. En la realización de esta prueba, se comprobó que el 30% de los conductores tarda más de 20 segundos en recuperar totalmente la visión central tras un deslumbramiento. Curiosamente los conductores profesionales muestran un tiempo medio de recuperación menor que los conductores no profesionales. Es clave explicar su relevancia teniendo en cuenta que a 120 km/h, un tiempo de recuperación de cinco segundos significaría recorrer 170 metros sin una visión correcta.
Analizando por último la campimetría, extensión del campo visual del ojo, desde los 45° a los 100°, el 38% de los conductores canarios presentan deficiencias, un dato que supera en casi 15 puntos a la media en todo el territorio nacional, lo que supone dificultades para gestionar situaciones de tráfico como intersecciones, cambios de carril, adelantamientos o la irrupción de un peatón, normalmente proveniente de los laterales.