Sébastien Ogier y Citroën, Citroën y Sébastien Ogier (tanto monta, monta tanto) han remediado la crisis de resultados que arrastraban últimamente con el mejor bálsamo posible: logrando una inapelable victoria que, además, de serlo, ha comportado también, gracias al segundo puesto que ha asegurado Esapekka Lappi (protagonista de su mejor actuación con el doble chevrón), el primer doblete que incorpora a su palmarés el C3 WRC. Todo ello, en un Rallye de Turquía que ha vuelto a ser, por segundo año consecutivo, el más devastador de todo el calendario, donde el Citroën Xsara selló su primera victoria sobre tierra, allá por 2003, con Carlos Sainz.
Seb, que llevaba sin presidir un podio desde el pasado mes de marzo, en México, ha sumado su tercera victoria de la temporada gracias a una gestión de carrera impecable, que, unida además al varapalo que ha sufrido esta vez Ott Tänak (vencedor a mediodía de la Power Stage), le aproxima ahora a 17 puntos del estonio en la general del Mundial antes de los últimos tres rallyes: Gales, Cataluña y Australia.
Ogier ha relegado a la tercer plaza del campeonato a Thierry Neuville, octavo clasificado en Turquía, después del error que se marcó ayer, a espaldas de Jari-Matti Latvala y Kris Meeke. Andreas Mikkelsen ha regresado al podio, seguido por un cada vez más consistente Teemu Suninen, sumando, al alimón con Dani Sordo (quinto), un jugoso botín de puntos muy provechoso para Hyundai, que incrementa, por ende, su liderato en la tabla de constructores.
A pesar de varios pinchazos, Kalle Rovanperä ha sumado una nueva victoria que le afianza como líder del WRC2 Pro. El joven finlandés ha encabezado la clasificación de los vehículos de la categoría R5 que han logrado la hombrada de terminar un rallye tan selectivo como este. Kajetan Kajetanowicz ha finalizado a continuación, delante de Fabio Andolfi, Jan Kopecky y Gus Greensmith, quinto en su estreno oficial con el nuevo Ford Fiesta R5.