Hablamos de uno de los coches más genuinos e inconfundibles del mundo. Y también de los de mayor éxito. El Beetle vuelve después de vender más de 21 millones de unidades desde 1938 hasta la actualidad, pero en esta versión de 2011 con una nueva interpretación tan respetuosa con su tradición como claramente más deportiva. Volkswagen Canarias, importadora de la marca para el archipiélago, lo presentó este pasado jueves y tiene todo para convertirse en uno de los coches de 2012. Incluido su precio: sólo 15.900 euros para la versión de acceso a la gama.
El Beetle del siglo XXI es más masculino y deportivo que el que se lanzó a finales del siglo pasado. Pero, efectivamente, conserva ese aire genuino que lo identifica como un ‘Escarabajo’ al primer golpe de vista. Los autores de esta nueva imagen, tal y como les contamos en la primera información que publicamos de él, son Walter de Silva y Klaus Bischoff, los diseñadores del grupo. Su idea fue crear “un nuevo original” con una línea que rinde pleitesía a un icono ya no de una década, casi de la propia industria de la automoción.
Se podría decir que en el nuevo Beetle que verá la luz en Canarias a finales de este mismo año, conviven dos tendencias. La primera, la ‘retro’, la que quiere acercar más su apariencia a la del modelo que se vendió casi ininterrumpidamente desde finales de los treinta hasta 2003. Hay que pensar que cuando salió al mercado el New Beetle, lo retro no estaba tan arraigado como ahora. BMW había acertado con la vuelta de Mini y Chrysler tenía el PT Cruiser, pero poco más. En 2011, los modelos inspirados en vehículos icónicos tienen un mercado indudable y por ello en Volkswagen han sido más atrevidos al acercar la línea de la tercera y la primera generación.
La segunda tendencia es la deportiva. Bischoff dijo en la premiere internacional del pasado 19 de abril celebrada de manera simultanea en Berlín, Nueva York y Shangai, que tiene una “clara, enérgica y soberbia deportividad”, y es cierto. No es un deportivo de pura cepa, pero escogiendo uno de los dos acabados que hay disponibles para el mercado isleño, el ‘Sport’ se puede sacar punta a ese nervio. Y lo hace a base de detalles: llantas de aleación ligera ‘Spin’ de 17 pulgadas, alerón trasero, asientos delanteros deportivos, conjunto de pedales metálicos, y sólo para la versión de 200 CV, doble salida de escape y difusor trasero.
La otra vertiente, la del culto a lo añejo, también se materializa en la segunda versión de acabado que Volkswagen llama ‘Design’ y que también se aplica a Canarias. Aquí lo que prima, es el cuidado por los detalles y el preciosismo: paneles de puertas en mismo color que la carrocería, salpicadero de aire clásico, apliques cromados, asientos delanteros ‘confort’, volante, empuñadura del freno de mano y pomo del cambio en cuero... Un ‘neoclasicismo’ al estilo de coches como el Mini o el Fiat 500, salvando por supuesto, las diferencias de tamaño. En materia de pura comodidad, este acabado incluye aire acondicionado ‘Climatic’, radio CD con reproductor de Mp3, ordenador de a bordo, control de velocidad ‘Tempomat’ y ESP.
Y para los que quieran un Beetle a su imagen y semejanza, la importador anuncia un catálogo amplísimo de extras de personalización como instrumentos adicionales en el tablero (indicador de temperatura de aceite, cronómetro y presión de admisión), llantas de entre 16 y 19 pulgadas, faros bi-xenón con luz diurna formada por quince lámparas led, techo panorámico corredizo y practicable, un equipo de sonido de 400W desarrollado junto a Fender y, atención amantes de lo genuino, la posibilidad de elegir la chapa trasera bien con Beetle, Volkswagen o Escarabajo. ¡Genial!
Nuevas proporciones
El Beetle mide ahora 4.278 mm (+152 mm) de largo, 1.808 mm (+84 mm) de ancho y 1.486 mm (-12 mm) de alto. Al ganar en longitud y anchura, las proporciones son nuevas y, estéticamente tensiona el techo, se hace retroceder el parabrisas y la espalda recupera los contornos del ‘Escarabajo’ original. Aunque como les contamos en abril, también el Ragster, un prototipo que Volkswagen presentó en Detroit en 2005 basado en el New Beetle, dio las primeras pistas de por dónde podía derivar la futura revisión del clásico.
La mayor anchura de vías y la batalla estirada también le confieren ese aspecto más agresivo y musculoso, con una claridad de líneas que, aunque sea el más distinto y personal de todos los Volkswagen, lo integra dentro del nuevo ADN de la marca, ése que estrenó el Golf VI hace ya algunos años.
Carácter sobre la carretera
Y mientras el equipo de diseño ha nadado entre esas dos aguas de la deportividad y el neoclasicismo, los ingenieros han querido construir un automóvil de alta tecnología, que mantuviera unos precios asequibles, con los sistemas de comunicación más avanzados del grupo y los niveles de contaminación medioambiental más bajos. Con este redefinición del Beetle en clave dinámica, el bastidor también debía ser más rotundo, así que este punto se dejó en manos del mismo equipo de desarrollo que dio personalidad al último Golf GTI. Ahí es nada...
El carisma del Beetle también se aprecia en su interior. En un coche en el que nada puede ser ‘estándar’ o repetitivo, en el que el piloto nunca puede tener la sensación de que ya ha visto un puesto de conducción parecido, los diseñadores pusieron especial empeño en hacer de su salpicadero algo “difícil de olvidar”.
Al igual que el original, el nuevo modelo ofrece también, en función del equipamiento, una guantera adicional en el lado del acompañante integrada en el panel frontal. Este receptáculo tiene la particularidad de que se abre hacia arriba y no hacia abajo como la estándar. El volante también es muy personal de este coche y puede llevar apliques decorativos en acabado esmaltado.
Más funcional
Donde no hay sitio para herencias del pasado es en el apartado ergonómico. La marca asegura que aquí la alteración de los parámetros ha sido total. Si el primer ‘Escarabajo’ refrigerado por aire sentaba al conductor en una posición muy baja, el de tercera generación aprovecha la posición más adelantada del parabrisas para elevarlo. La pérdida de 38 mm en altura o la desaparición del llamado “techo de cúpula” del modelo de 1998 no supone un problema. El aumento de longitud del techo proporciona a los ocupantes una mayor sensación de amplitud. El maletero ofrece un volumen mayor: 310 litros en lugar de los 209 litros que ofrecía el modelo anterior.
En cuanto a motores, tranquilos que van a llegar a Canarias todos y cada uno de los cinco propulsores que Volkswagen le había reservado al Beetle en otros mercados. Todos sobrealimentados, es decir, TSI en gasolina (1.2, 1.4 y 2.0) y TDI (1.6 y 2.0) en diesel. Las tres primeras serán las de 105, 160 y 200 CV y las dos de gasoil, de 105 y 140 CV. Todos dispondrán bien del cambio manual o, a partir del verano de 2012, el DSG de siete velocidades, salvo el 2.0 TSI de 200 CV que tendrá en opción el DSG de seis.