El Volkswagen Tiguan llega dispuesto a afianzar su posición en el competido segmento de los SUV compactos. Con un diseño que gana en presencia, la marca busca atraer a conductores que valoran tanto la estética como el compromiso de una oferta en la que se brinda un interesante equilibrio entre prestaciones y eficiencia.
En esta ocasión, analizamos su comportamiento y capacidad de respuesta a través de una de la propuesta de propulsión micro-híbrida asociada al propulsor de gasolina 1.5 eTSI de 150 CV. Los datos oficiales apuntan a un sustancial ahorro en rendimiento gracias a la influencia que tiene sobre el motor de gasolina el respaldo de un pequeño motor eléctrico alimentado por una batería de iones litio de 48V. Su funcionamiento permite asistir al propulsor principal por periodos de tiempo más largos y en distintos escenarios como en arrancadas, maniobras de estacionamiento o en los desplazamientos durante los atascos, situaciones donde precisamente el gasto de combustible suele ser más alto. No son los únicos casos.
De forma casi imperceptible para el conductor, también el sistema es capaz apagar el motor a velocidades más altas, beneficiándose de la función de conducción a vela por la que el vehículo se desplaza aprovechando su propia inercia. Explicar que al igual que ocurre con los vehículos híbridos, el sistema de recarga de la batería se produce aprovechando las fases de frenado y desaceleración – no es necesario enchufarla a la corriente-. Dependiendo del programa de conducción seleccionado -Eco, Comfort, Sport e Individual-, esta solución también permite ahorrar en frenos si somos lo suficientemente hábiles a la hora de anticipar ciertas situaciones durante la conducción.
DISEÑO
La tercera generación del Volkswagen Tiguan introduce cambios significativos en su diseño. La adopción de un frontal completamente renovado, sumado a los faros matriciales IQ. Light HD de serie en nuestra unidad de prueba, otorgan al modelo un aspecto más afilado y actual al tiempo que permiten reducir la altura del capó y mejorar, junto a la silueta en caída del techo, la eficiencia aerodinámica del modelo.
La iluminación ocupa la franja superior que fiel a la línea de inspiración escogida para sus últimos lanzamientos, está integrada por una tira de LED que conecta ambos grupos ópticos. Más abajo, el parachoques presenta una generosa parrilla de ventilación, flanqueada por entradas de aire verticales.
En la sección posterior, los hombros aportan mayor anchura a la carrocería y añaden volumen a los paneles donde se sitúan los pasos de rueda. La franja horizontal donde se aloja la iluminación y que se extiende hasta abrazar los laterales del vehículo también contribuyen a acentuar su figura.
A BORDO
El interior del nuevo Tiguan es otra muestra del actual concepto constructivo adoptado por Volkswagen donde prima el aprovechamiento del espacio. La disposición de los elementos es intuitiva y el ambiente acogedor y tecnológico. En el centro del tablero destaca la pantalla de infoentretenimiento de tamaño ‘XXL’ en donde se concentran las funciones de navegación, música y climatización, eliminando la mayoría de los controles auxiliares.
Esto da lugar a un panel más despejado y moderno, aunque quienes prefieren botones físicos pueden recurrir al nuevo mando giratorio de la consola central que permite acceder de manera directa a diferentes funciones como el cambio de modos de conducción o el volumen de la radio. En esta versión, disponible con transmisión automática DSG, el selector del cambio se ubica a la derecha del volante, liberando espacio en la consola central.
Volkswagen también ha pensado en priorizar el bienestar de los ocupantes. Los asientos delanteros con ajustes de posición automáticos, ofrecen masaje, calefacción y ventilación. Esto otorga un confort superior, ideal para afrontar la vuelta a casa después de una dura jornada de trabajo o cuando se abordan largos trayectos. La capacidad del maletero se ha incrementado hasta los 648 litros.