El Rallye de Ourense fue la tercera prueba puntuable para la Copa Dacia Sandero, una monomarca de iniciación, organizada por Renault España, que había multiplicado sus inscripciones esta temporada gracias, en gran medida, a la creación por iniciativa privada de una beca que se incrustó en la propia estructura del campeonato. Sin embargo, la mayoría de los pilotos que participaban en ella decidieron no salir a los tramos orensanos por supuestos impagos del promotor. Una polémica situación que ha puesto en jaque la continuidad de la beca, apenas un mes después de su estreno en Sierra Morena.
Por ese motivo, solo seis de los once Sandero que habían disputado las dos últimas citas del Nacional participaron de nuevo en el Rallye de Ourense, donde rodó un pelotón de Dacia más reducido, en el que, no obstante, volvió a brillar con luz propia, como no podía ser de otra manera, Alberto Monarri.
El piloto madrileño -copilotado esta vez por Borja Rozada-, dominador indiscutible de la copa, volvió a ganar de calle en los tramos de la ciudad termal, en los que sumó esta vez una abrumadora ventaja de casi diez minutos sobre su más inmediato perseguidor. Carles Durán, la revelación del campeonato, sufrió en cambio un accidente que le impidió mantener la racha de resultados que había iniciada en Córdoba.
Con el joven catalán fuera de juego, el segundo puesto de la monomaca de Renault correspondió en esta ocasión a Rubén Gómez. Santiago Arribas y José Javier Pérez completaron la clasificación. Iván Forcada, autor del mejor crono en la súperespecial que inauguró el rallye, se tuvo que retirar al día siguiente por salida de pista.