Esta frase o dicho popular que apela al sentido común es lo que necesita desde hace bastante tiempo el automovilismo canario, lo que ayudaría mucho a su evolución, a llevar de la mejor forma los nuevos tiempos que llegan sin pausa. En cambio, los últimos procesos electorales vividos por las federaciones, en lugar de acelerar nuestro deporte ha frenado el desarrollo natural del mismo.
Y esta afección parece que ha contaminado a todos los ámbitos, estamentos deportivos y las propias estructuras federativas. Equipos de gobierno que se han diluido en pocas semanas y que nos tenemos que enterar por las redes sociales a través de las despedidas de los propios interesados. Falta de transparencia salvo en la Tinerfeña (FIASCT), que ayer en un comunicado lleno de erratas anunciaba el cese de dos importantes cargos, director deportivo y jefa de cronometraje, cuyo funcionamiento había sido el más aplaudido en estos últimos meses ¿...?
La FCA después de algunos cambios a principio de legislatura parece que se ha estabilizado, pero en la FALP ahora mismo es difícil actualizar el grupo humano que lleva sus riendas, después de las dimisiones y deserciones vividas y las próximas a tenor de los últimos acontecimientos.
El malestar se ha sentado, con lo fácil que lo tenía Miguel Angel Toledo para sacar adelante la FALP si hubiera usado la inteligencia, en lugar de la vanidad. Simplemente con dos dedos de frente y ganas de hacer las cosas bien: Recibió una federación saneada, con una serie de competiciones de nivel bajo su tutela, patrocinios dignos para llevar a cabo proyectos interesantes como el Volante y mucho más,...
Solamente necesitaba sumar gente preparada y experimentada con lo realizado hasta el momento y dejarse llevar, hasta formar su propio equipo y preparar a su gente de confianza. Pero sin agotar la botella, se tira a la basura media llena y ahora vienen las lamentaciones, suspensiones de pruebas -como el último Slalom CDIC- y los fiascos, uno tras otro.
Pienso que por ahí viene el sinsentido de la gestión de la FALP, sin entrar en las decepciones que para muchos son las promesas incumplidas y la falta de elegancia de MAT a la hora de enfrentarse a sus problemas, con una verborrea ya cansina de “échale la culpa a los anteriores” o “al otro bando”.
Si algún fruto ha tenido su mandato hasta ahora, ha sido precisamente que tengamos “dos bandos”, por no olvidar sus rencillas y aspiraciones personales, en lugar de convertirse en “el presidente del automovilismo de Las Palmas”. No, su dedicación -más bien obsesiva-, ha sido perseguir lo realizado hasta el momento, buscando agujeros en las cuentas, regalando pruebas a los organizadores que le votaron y negándoselas a los demás. Y cuando alguien le critica o algo le sale mal, su respuesta es amenazar por la vía judicial o dejar entrever que “los anteriores” se llenaron los bolsillos. Es la retórica del que no tiene argumentos. Sin más.
A nadie se le esconde que este redactor estuvo colaborando con la anterior FALP y como varios compañeros más, nos ofrecimos para aunar esfuerzos. Hasta el momento no habíamos abierto la boca para realizar una crítica, pero nos sumamos a la corriente que pide estos “dos dedos de frente” para no perder lo que se ha ganado a pulso el automovilismo canario. Nosotros podemos opinar, pero los que velan y deciden efectivamente por ese futuro son los representantes de los deportistas, oficiales y organizadores, que deben exigir respeto y responsabilidad.
Con dos dedos de frente todo esto estaba solucionado, pero no es el caso por lo que vemos.