Si bien Renault ha puesto el foco principal sobre la categoría de los compactos como eje principal de su ofensiva -así lo explicábamos hace pocos días tras darse a conocer el nuevo Symbioz-, en números absolutos el Clio continúa siendo el modelo estrella de la marca francesa en términos de mercado. Su última actualización, objeto de este reportaje, no hace más que reforzar los argumentos que le han llevado a consolidar dicha posición y que se cimentan principalmente en su estilo, la completa oferta de infoentretenimiento, la solidez de su gama mecánica, y cómo no, su precio que arranca en el entorno de los 15.000 euros.
Nuestra unidad de prueba corresponde a la versión esprit Alpine, sinónimo de lo que hasta hace un tiempo identificábamos con las siglas RS ahora sustituidas por una nomenclatura alusiva a la marca deportiva de Renault. El ‘espíritu’ es el mismo, detalles que refuerzan su imagen exterior e interior, y una motorización y puesta a punto que expresan sus aspiraciones.
Referidos a esta última renovación, los componentes nuevos introducidos para definir su nueva fisonomía son un verdadero tributo a su carácter. Es el caso de la nueva parrilla con trama ajedrezada o del patrón de diseño empleado en el parachoques, ahora en forma de H alargada y acabado en gris pizarra en nuestra versión esprit Alpine.
No obstante, es el nuevo esquema de iluminación el elemento más representativo de su actual sello. Los faros principales, algo más estrechos, incluyen ahora cinco módulos de LED equipados con sistema automático de distribución de luz. A ello se añade las nuevas luces diurnas LED, orientadas verticalmente y divididas en listones en forma de cortina veneciana. Combinados todos estos elementos, su imagen deportiva, sin duda, gana muchos enteros.
No es lo único. Las llantas en acabado diamantado con la tapa central simulando a una monotuerca de Fórmula 1 también refuerzan su expresión, al igual que las nuevas aletas de los extremos y el embellecedor en gris pizarra que integran el nuevo parachoques posterior. El último toque de modernidad lo aportan los grupos ópticos traseros ahora de cristal transparente.
A BORDO
En el interior, siguiendo los principios de responsabilidad que la marca viene defendiendo en todas sus manifestaciones, se hace un mayor uso de los materiales de origen sostenible. A partir de ahí, destacar la incorporación de unos asientos tipo baquet con buen ajuste lateral, una nueva pantalla digital sin marco de 9,3 pulgadas orientada verticalmente y asistida por el sistema multimedia Renault Easy Link, y el panel de instrumentos digital que ahora es de serie en todas las versiones. Los detalles alusivos a la versión esprit Alpine vuelven a hacer acto de presencia manifestándose a través de las placas de los umbrales de las puertas, el emblema de ‘Alpine’ en las alfombrillas y el respaldo de los asientos o los colores de la bandera francesa resaltados en el salpicadero o formando el entrelazado de las costuras del volante.
Junto al diseño como argumento de compra principal, y entre otros detalles de análisis, los gadgets asociados a la conectividad y al confort adquieren cada día mayor relevancia. En Renault no son ajenos a estas demandas, muy valoradas por los clientes sobre todo en segmentos donde por encima de todo, el precio sigue siendo el principal factor de examen. La marca, en este sentido, democratiza elementos de su equipamiento que pueden ser muy apreciables a la hora de tomar la decisión. Es el caso del climatizador automático, la plataforma de carga por inducción para el teléfono móvil o la llave manos libres, entre otras funcionalidades. Se echa de menos una conexión USB en las plazas traseras -delante tiene dos-, cuestión que se suple con un espacio generoso para que dos adultos puedan viajar cómodamente. La capacidad en el maletero de nuestra unidad dotada con sistema de propulsión híbrido E-Tech es de 300 litros.
Además, dispone de un paquete ampliado de ayudas a la conducción, en el que se incluye sistema Active Driver Assist, con regulador de velocidad adaptativo y función de ayuda para centrar el vehículo en el carril, cámara 360º y el frenada automática de emergencia con detección de ciclistas y peatones.
MECÁNICA
Encabezando la oferta del nuevo Clio se encuentra la versión híbrida E-Tech de 145 CV que precisamente es la que monta nuestra unidad de prueba. El conjunto está formado por un motor de combustión 1.6 litros de cuatro cilindros, dos motores eléctricos y una batería de 1,2 kW. La potencia se transmite a las ruedas delanteras mediante una transmisión multimodal.
Su desempeño en cualquier situación de conducción no defrauda. El sistema propulsor híbrido transmite una sensación muy agradable en la que en la mayoría de los casos se prioriza la eficiencia sobre cualquier otra consideración. Renault señala que en condiciones normales, se pueden realizar hasta el 80% de los desplazamientos en ciudad en modo eléctrico, un dato algo optimista bajo nuestra experiencia. No obstante, y partiendo con un buen nivel de carga en la batería, y con el botón EV accionado, de momento le apuntamos el récord de distancia que hemos podido recorrer en estas condiciones sin gastar un solo litro de gasolina.
El funcionamiento general del sistema híbrido es muy efectivo. En modo Eco, la barra que indica el nivel de carga de la batería se mantiene siempre en unos márgenes aceptables gracias a la función regenerativa en deceleraciones y frenadas. Ello permite que en la mayoría de los casos la electrificación se imponga a las fases de combustión y en consecuencia, alcanzar un consumo de combustible muy contenido. La palanca de selección del cambio dispone además de una posición ‘B’ con la que se consigue en poco espacio recuperar energía de forma más rápida en la batería.
En modo ‘deportivo’, y en consecuencia con el carácter impreso a nuestra versión, la cosa cambia. De entrada, se modifica su configuración, la dirección se vuelve más directa y el motor se muestra más reactivo, subiendo más rápidamente de revoluciones. Todo ello unido a un buen compromiso del chasis proporciona unas sensaciones que sin ser radicales, aporta cierto grado de divertimento al volante.
En conclusión, es precisamente compromiso lo que Renault ha querido destacar con esta versión. La apariencia importa, pero a partir de ahí y en los tiempos que corren, entran en juego otras consideraciones, incluido el contar con la etiqueta ECO de la DGT, y eso lo sitúa como un vehículo con excelente equilibrio general tanto a nivel de comportamiento como en eficiencia lo que se refuerza con un buen precio que parte desde los 22.421 euros.