Está demostrado que la propulsión eléctrica, más allá de los múltiples beneficios que aporta, principalmente medioambientales, ofrece un amplio campo exploración en el mundo de altas prestaciones, existen numerosos ejemplos que así lo confirman. Volkswagen, una de las marcas generalistas que más ha
apostado por la electrificación, ha sido también pionera al incluir en su plan de producto original las versiones GTX, como una manera de dar continuidad al concepto GTI que tanto crédito ha supuesto para la compañía, trasladándolo al universo del vehículo eléctrico. Su apuesta, no obstante, parece dar para más.
Y es que tras el lanzamiento del ID.3 GTX, ahora llega el ID.3 GTX Performance. Como ocurre con el GTI y modelos derivados como el GTI Clubsport, la marca sube la apuesta elevando las prestaciones del modelo e implementando una serie de soluciones técnicas que acentúan su dinámica deportiva.
Equipado con el motor eléctrico más potente
desarrollado por Volkswagen hasta la fecha, el nuevo ID.3 GTX Performance desarrolla 326 CV (240 kW), 41 CV más que el ID.3 GTX “normal”, eso sí, ambos desarrollan el mismo par motor máximo que es de 545 Nm.
El aumento de sus prestaciones unido a una revisión de las características del chasis y la ubicación centrada de la nueva batería de 79 kWh procuran un centro de gravedad bajo que beneficia la deportividad y la dinámica de conducción. Con estas premisas, la nueva variante deportiva es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en tan solo 5,7 segundos. La velocidad máxima en este caso está limitada a 200 km/h.
El ID.3 GTX Performance ofrece una autonomía homologada de hasta 601 kilómetros y una potencia de carga rápida CC de hasta 185 kW, lo que significa que la batería podría recargar del 10 al 80 por ciento de su capacidad en unos 26 minutos.
A su vez, y como avanzábamos, el tren de rodaje es específico está adaptado para soportar las exigencias de rendimiento del nuevo sistema propulsor. El esquema básico incluye un eje delantero MacPherson y un eje trasero de cinco brazos con un sofisticado sistema de guiado. La dirección progresiva se monta de serie y además puede equiparse con control de chasis adaptativo Sport DCC lo que garantiza una conducción más precisa y mayor agarre en carretera.
El resto, y como es preceptivo, atiende a cuestiones estéticas. No es difícil identificarlos, cuentan por ejemplo con un parachoques delantero específico, así como llantas exclusivas en color negro modelo Skagen GTX en medida de 20 pulgadas.
Otra serie de características específicas también personalizan el interior equipado, además, con la última generación del software y sistema de infoentretenimiento con pantalla de 12,9 pulgadas (32,8 centímetros), el asistente de voz IDA con ChatGPT y un concepto de manejo mejorado e intuitivo.
Otros detalles a reseñar son el Head-Up Display mejorado con realidad aumentada, una aplicación Wellness
rediseñada y el sistema de sonido premium de Harman Kardon.
El equipamiento se completa con una amplia gama de sistemas de asistencia de conducción, incluido el Connected Travel Assist con utilización de datos online. Este sistema permite un guiado longitudinal y transversal asistido en todo el rango de velocidad, así como un cambio de carril asistido en autopistas. Además, es posible realizar un guiado de carril sin detección de líneas divisorias, siempre que se disponga de datos online.
