Sexto capítulo de la versión de altas prestaciones de uno de los utilitarios favoritos de los españoles. El Ibiza Cupra irrumpió hace 17 años con la excusa de conmemorar el Campeonato del Mundo de Rallies FIA logrado en la categoría ‘dos litros’ aquel ya lejano 1996. Y aunque Seat hace años que se alejó de los tramos cronometrados, el ‘Cup Racing’ –de su abreviatura surge la denominación Cupra– sigue siendo el más potente, deportivo y sofisticado de todos los Ibiza.
Tanto es así que, de entre toda la gama de la marca española, el Cupra es uno de los estandartes a pesar de que por tamaño está sólo por encima del Mii. Si esto es así es porque, desde cualquier punto de vista, es un buen botón de muestra de lo que es Seat ya sea de manera independiente o como parte de ese todo que es el Grupo Volkswagen: un fabricante de espíritu joven, práctico y con vocación deportiva.
Además, el nuevo Cupra exprime hasta la última gota de ese dinamismo que irradia la actual generación del Ibiza. Podríamos decir que la base ya era excelente y que sólo ha habido que rascar un poco aquí y allá para hacer aflorar toda esa deportividad. Las diferencias subliman la agresividad en todos sus puntos de vista. En el frontal lo hace una gran rejilla y una toma de aire que, además, enfatizan su anchura. Los grupos ópticos con LED integrados presumen de ese nuevo lenguaje de diseño de Seat a la vez que rematan un sistema de iluminación con faros bi-xenón y proyectores antiniebla con función cornering o luz estática de curva. Los pilotos traseros emplean igualmente diodos luminosos.
De perfil las llantas de 17 pulgadas es lo que más deja a las claras que este Ibiza no es uno más. Las carcasas de los espejos retrovisores están terminadas en un tono negro brillante pensado para contrastar con el color de la carrocería. Y para acabar con el repaso de su exterior, la espalda del nuevo Ibiza Cupra presentado en Barcelona se distingue por un paragolpes más ancho en el que queda encajado un gran difusor en negro mate rematado por la cola de escape trapezoidal.
Deportividad, estilo, funcionalidad y unas gotitas de distinción se combinan en un interior que también se esfuerza por estar en la cúspide de toda la gama Ibiza. Se recurre a tonos muy oscuros con pequeños detalles de contraste en los asientos, paneles de puertas o en los pespuntes del volante con base plana y levas del cambio incorporadas. El logotipo identificativo de la familia Cupra aparece tanto aquí como en el velocímetro analógico. Los sillones pueden ir vestidos en piel con dos tonos como alternativa a los de revestimiento textil de serie.
Al haber sido el primer ‘segmento B’ del grupo en ver la luz de esa remesa de novedades que aparecerán en los próximos meses, el Ibiza se ha aprovechado del dispositivo multimedia extraíble que la marca española ha llamado Seat Portable System y que, junto a su pequeño Mii, ya emplearon el up! de Volkswagen y el Citigo de Skoda. Esta pantalla de cinco pulgadas que se adapta perfectamente al entorno del habitáculo y, más concretamente, del salpicadero, integra las funciones de navegador, manos libres, ordenador de a bordo y reproductor multimedia. Igual que otras marcas como Peugeot, Renault o Toyota, el Grupo Volkswagen está sacándole punta a este dispositivo desarrollando de puertas adentro nuevas aplicaciones que, en el caso de Seat, quiere empezar a lanzar a partir del segundo trimestre.
El club de los 180 CV
Bien. Hasta aquí su fachada. Ahora vayamos a sus entrañas, lo que realmente hace distinto al Ibiza Cupra. Aunque hay otras marcas como Renault (Clio RS), Peugeot (208 GTI), Ford (Fiesta ST) u Opel (Corsa OPC) que rondan o alcanzan los 200 CV, Seat se planta en los 180 CV de sus primos de Volkswagen (Polo GTI) y Skoda (Fabia RS). El motor vuelve a ser el 1.4 TSI de inyección directa y sobrealimentado con turbo y compresor. A pesar de ese ‘matiz’ de 20 CV sus prestaciones son igualmente rotundas: de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y una velocidad máxima de 228 km/h. Sin embargo el downsizing permite mantener el consumo combinado en sólo 5,9 litros a los 100 km.
Con sus 250 Nm de par máximo, la transmisión es cosa de una caja de cambios DSG de doble embrague de escalonamiento cerrado y, como no, con levas en el volante para un uso más deportivo. El motor no sólo proporciona potencia y par, también un fantástico sonido que es una de las primeras señas de identidad de esta versión 2013.
El chasis de este modelo ha sido rebajado y sus reglajes de suspensión han sido endurecidos para proporcionar unos índices de vivacidad en los cambios de dirección superiores. En este punto es definitivo el diferencial electrónico de deslizamiento limitado que actúa como un autoblocante al mejorar la capacidad de tracción y agiliza el giro en curvas de radio muy estrecho. El equipo de frenos puede ser reforzado si se opta por unos firmados por AP Racing Performance incluidos en el catálogo de opcionales de este nuevo Ibiza Cupra.
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