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Lemes y Peñate esperan una debacle en Cerdeña

  • El segundo tramo del viernes es el más temido por los equipos

Yeray Lemes y Rogelio Peñate se juegan este próximo fin de semana su ser o no ser en la WRC Academy, la nueva categoría base del Mundial de Rallys que sustituye al J-WRC. Tras su abandono en Portugal, un nuevo cero haría prácticamente inútil cualquier machada en las otras cuatro pruebas del certamen y sin el presupuesto completo, un fiasco en Cerdeña podría invitar a los canarios a aparcar su programa internacional.

Con este panorama hoy el rally italiano tuvo su prólogo con el shakedown, un tramo de entrenamiento que para los pilotos de esta categoría fue de 3,2 kilómetros y en el que no se tomaron tiempos. Lemes y Peñate aprovecharon sus tres pasadas para realizar algunos pequeños cambios en la puesta a punto del Ford Fiesta R2, sobre todo a nivel suspensiones, que son las que más sufrirán en las etapas del viernes y el sábado, las únicas que computan para la WRC Academy.

“Hemos soltado un poco la amortiguación para que absorba mejor las piedras, baches y agujeros que nos vamos a encontrar”, ha explicado Rogelio Peñate a MotorEnLinea.es. Y es que todos los pilotos le tienen mucho respeto a la etapa del viernes, sobre todo la segunda especial, que viene con fama de rompe coches. “El año pasado este rally se hizo en el IRC y el tramo de Monte Grighini Nord era el primero. De los 17 Súper 2000 que salieron, sólo llegaron ocho. Puede ser una debacle…”, afirma el copiloto.

Los Fiesta R2 de ‘la academia’ estrenan pequeñas mejoras en muelles de amortiguación y trapecios delanteros, pero los tramos son tan duros que nada ni nadie los puede convencer de hacer un rally al ataque. “Sólo en el tramo de Lago Omodeo, el primero, se podrá correr algo. El suelo es muy parecido al del shakedown, que parecía duro y consistente pero que con el paso sólo de los R2 ha acabado con unas roderas de veinte centímetros. No sabemos qué nos encontraremos cuando pasen los cerca de cincuenta coches que van por delante nuestro”, ha continuado el compañero de Yeray Lemes.

Un nuevo KO sería la puntilla a cualquier aspiración de cara a esta categoría en la que hay en juego una beca de 500.000 euros y, sobre todo, la posibilidad de entrar en la órbita de algunos de los equipos del mundial. Por ello, porque no hay margen para el error, los canarios han decidido ser ultra conservadores en esta segunda cita de la temporada. “Creemos que yendo a un ritmo tranquilo, sin volvernos locos, es la única forma de poder resistir los catorce tramos. Puede que nos equivoquemos, pero en ese caso lo peor que nos puede pasar es que acabemos segundos o terceros. Nosotros hemos aflojado la suspensión para que el chasis no sufra tanto y saldremos a cuidar el coche todo lo que podamos”.

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