Benjamín Avella y Agustín Alemán han logrado en el Rally Villa de Santa Brígida su primera victoria en su segunda participación con el Porsche 997 GT3. Esta edición número 32 de la prueba organizada por la FALP se convirtió, contra todo pronóstico, en una carrera de resistencia en la que obtuvieron premio los más regulares.
A pesar de haber evitado la noche en su recorrido y de que el clima acompañó a lo largo de toda la jornada del sábado 16 de abril, el parte de bajas e incidencias rompió toda previsión. Los primeros líderes, Vicente Bolaños y Magnolia Herrera (Mitsubishi Lancer Evo IX) se salían en el temido ‘Arbejales-Los Silos’, un tramo que en cierta medida rompió el desarrollo normal de la prueba. Algunos pilotos criticaron duramente su celebración y el accidente de Bolaños y Herrera –el primero desde Teror de 2014– y el retraso que ya venía arrastrando respecto al horario previsto caldearon los ánimos.
Tanto fue así que Julián Falcón e Israel Pereira, que habían tenido problemas en la dirección asistida de su Honda Civic Type R R3 perdiendo con ello la aspiración de los primeros clasificados, encabezaron un pequeño grupo de equipos que no querían hacer este tramo. Aunque ya había abandonado a consecuencia de esa avería, los comisarios deportivos decidieron excluirlo por considerar que habían entorpecido la normal celebración de la especial. Otro de los equipos abiertamente en contra de la disputa de este tramo, Ayoze Benítez y Joel Benítez, también acabaron apeándose de la carrera antes de afrontar la repetición alegando problemas en su Mitsubishi Lancer Evo VII. En su caso, los comisarios deportivos también decidieron excluirlo con posterioridad a ese abandono.
Marrero también pierde el liderato
De vuelta al rally, Ángel Marrero y Víctor Marrero aprovecharon las posibilidades que el recorrido daba a su Honda Civic Type R R3 para erigirse líderes e ir ampliando sus diferencias en esas dos primeras secciones antes de la previsible reacción de sus rivales. Ya en el TC2 rozaron el pinchazo al golpear una piedra, pero tuvo que ser en el TC5, ‘Higuera Canaria-La Atalaya’ cuando otra roca dañaba la rueda delantera derecha y tenían que detenerse a cambiarla.
El tercer y último relevo en el liderato puso al frente de la clasificación a Benjamín Avella y Agustín Alemán, que no conseguían dar con la puesta a punto ideal en su GT. Esas dudas las aprovechó otro equipo con la ‘L’ todavía en la luneta trasera de su Mitsubishi Lancer Evo VIII. Domingo Ramos y Marcos Guerra siguen haciéndose a este coche, pero dieron un zarpazo en ‘Santa Brígida-Los Silos’ que los puso a 0,8 del primer puesto a falta de un solo tramo.
Ni uno ni otro habían logrado antes ganar un rally de manera absoluta y la tensión podía cortarse con cuchillo en la salida de ese séptimo tramo. Avella, bastante habituado a cambiar de vehículo con asiduidad y con un reglaje más acertado, sacó brillo a esa capacidad para dar un buen mordisco al tiempo de la primera pasada y poner ese primer puesto lejos del alcance de Ramos que debía conformarse con la segunda posición. Con este resultado, el de Porsche pasa a comandar el Campeonato BP de Rallies de Las Palmas.
Un cuadro de honor en permanente cambio
El tercer peldaño de esta edición número 32 del Rally Villa de Santa Brígida también fue un ir y venir de nombres a lo largo de la jornada. El lanzaroteño Aníbal Machín y su ‘copi’ Samuel Díaz (Renault Mégane) fueron otra de las bajas sonadas de esta edición, igual que su paisano David Tenorio y Orlando Nuez (Opel Corsa GSI), con avería ambos en el sexto tramo cuando eran tercero y quinto respectivamente.
Esto situó a Ányelo Padrón y Narciso Pérez en esa tercera posición con el BMW 325i –primer Grupo T clasificado– a 2:45 de Avella y superando a otro de los destacados de este rally: el sureño Noé Armas, cuarto clasificado con Efraín González en el asiento derecho del Citroën Saxo VTS, su mejor resultado desde que compite en rallies como piloto. Para Padrón suponía poner fin a lo grande una racha de diez años sin poder acabar la carrera de casa.
A los hermanos Marrero les faltaron tramos para poder seguir remontando. Se quedaron a 11,3’’ de Armas, si bien esa quinta posición les valía para seguir sumando en un provincial que promete estar muy apretado esta temporada. A pesar de ello, el de Honda lamentó una y otra vez lo caro que le había salido uno de los pocos errores que ha cometido en su carrera… Julio Martínez y Carlos Larrodé tuvieron que cargar con problemas mecánicos en su Porsche 996 GT3 desde el mismo arranque del rally, lo que a su vez les ocasionó una penalización de 40’’ por retrasarse en un control horario. A pesar de ello pudieron llegar hasta la sexta posición final sumando experiencia y kilómetros el jovencísimo piloto grancanario.
Javier Rodríguez y Pedro Viera también llevaron al que, de momento, es el techo del Opel Corsa OPC N3 al alcanzar la séptima plaza. Guayasén Ortega y Daniel Quintana se adjudicaron con una superioridad fuera de lo común el Trofeo Toyota ENMA 2M. Abrió una brecha cercana al minuto sobre Cristian Batista-Vidal Melián y 1:08 sobre Miguel López y Sara Acosta. Tato Suárez-Carlos Ramírez (Ford Escort MKII) se hicieron con el Grupo H desde la novena plaza tras una divertida pugna con José Juan Díaz-Jorge Luján (BMW 323i). Entre ambos, Alexander Santana-Alberto Viera (Honda Civic VTI) fueron décimos.
La Copa Nissan Fan Motor volvió a ser territorio de la pareja Jesé Ramos y María Hernández (Nissan Micra 160 SR) al imponerse por más de un minuto y diez segundos a Manuel Santana-Pedro Benítez (Nissan Micra 160 SR). El Challenge Maxi RallyCar fue para Domingo Ramos y el Challenge RallyCar para Noé Armas.
Fotos: Jose Danial González - Borja Falcón