Muchos la señalan como la precursora del diseño moderno. De lo que no hay duda es de que hubo un antes y un después tras su lanzamiento a principios de los años 80. Ahora la Katana vuelve y lo hace rindiendo un merecido homenaje al modelo original tras un largo proceso de debate interno hasta dar con la fórmula que mejor definiera los valores representados por aquel entonces trasladados hasta nuestros días
.
La nueva Katana recoge toda esa herencia para convertirse en una moto de estilo moderno capaz de emocionar al tiempo que ofrece una posición cómoda y un fácil control sobre el potencial del propulsor derivado de la GSX-R 1000. El parecido es ineludible, el perfil gana en sutiliza aunque mantiene el frontal afilado, con el manillar algo más elevado para así marcar distancia sobre la orientación más extrema de su antecesora. De lo que no se desprende es del faro rectangular dotado para la ocasión con lámparas y luces de posición LED, la misma tecnología utilizada para la luz posterior.
También se suaviza el por entonces exagerado rebaje del escalonado asiento, situado ahora a 825 mm de altura con elegante acabado en dos tonos, negro y gris. Los toques de estilo más
vanguardistas, sin embargo, se producen en el desarrollo del tren trasero, el selector de modos situados en la piña izquierda y el cuadro de instrumentos. Este descansa sobre una pantalla LCD que luce el logo de la Katana con una amplia selección de información y lectura sobre las distintas actividades asociadas a su funcionamiento.
Más llamativo es la introducción de un nuevo guardabarros trasero flotante anclado al basculante y que junto al pequeño silenciador de escape otorga un aspecto minimalista y actual a toda la sección posterior. Suzuki introduce para la ocasión un enfoque más personalista ofreciendo al propietario la posibilidad de escoger entre un selecto catálogo de accesorios en carbono, calentadores en los puños, pegatinas, protectores, las pinzas de freno en rojo o el asiento en distintas
combinaciones.
Todo ello se asienta sobre un nuevo chasis de aluminio ligero y compacto diseñado para proporcionar agilidad y un fácil control en cualquier situación. La horquilla Kayaba delantera de 43 mm de diámetro y 120 mm de recorrido es ajustable tanto en extensión como en compresión y recarga. Lo mismo que el amortiguador trasero permitiendo copiar con exactitud las irregularidades de la carretera para reaccionar con eficacia y aumentar la sensación de estabilidad.
La pinzas de freno radiales firmadas por Brembo de cuatro pistones son las mismas utilizadas en la GSX-R 1000 actual. Estas se acoplan a un doble disco flontante de 310 mm para proporcionar un excelente rendimiento y como es preceptivo, cuenta con un compacto sistema antibloqueo ABS.
Sólida reputación
Atendiendo a su área de influencia, es lógico que su propulsor DOHC de cuatro tiempos y 993 cc, heredado directamente de la GSX-R 1000 de 2005, experimentara alguna que otra modificación relacionada con una respuesta menos cevera del acelerador y la entrega de potencia para ofrecer una actuación en sintonía a su estilo actual. Eso sí, mantiene intactos los 150 CV e introduce la tecnología Dual Throttle Valve (SDTV) de doble válvula para mejorar la eficacia del conjunto. La razón de esta elección es muy sencilla, ofrece un amplio rango de par a bajo y medio régimen lo que la hace especialmente adecuada para circular por la ciudad o carreteras sinuosas.
Sus reacciones se apoyan a su vez en las ventajas del control de tracción con tres niveles de intervención haciendo que la conducción sea más agradable y eficaz en cada situación. El usuario puede seleccionar a su gusto cualquiera de ellos o incluso desconectarlo completamente. En el nivel más bajo o Modo 1 el sistema se muestra menos intrusivo permitiendo incluso que el tren trasero pueda derrapar levemente. El más alto o Modo 3 se utiliza cuando las condiciones de agarre son más extremas o hace aparición la lluvia.
