Once meses después de haberse proclamado flamante campeón del Junior WRC, Jan Solans estrenó su nuevo proyecto mundialista en el pasado Rally de Estonia. Una cita recién incorporada al calendario que el vencedor de la segunda edición de la Beca Junior R2 aprovechó para hacer sus primeros kilómetros al volante de un Ford Fiesta R5 MkII.
Solans y su copiloto, Mauro Barreiro, fueron haciéndose a su nuevo coche desde shakedown del viernes. Sólo a base de mucha confianza podían proponerse atacar en unas pistas de tierra trazadas entre bosques, con sinuosas rectas y acentuados rasantes, sobre un firme que se mostró, además, húmedo y resbaladizo durante todo el fin de semana.
Después de sobreponerse el sábado a una excursión por la cuneta, que les obligó a completar la jornada sin alerón trasero –con la desventaja que eso supone en unos tramos tan rápidos– y el cubrecárter dañado, la dupla del Rallye Team Spain encaró el domingo la última etapa con el objetivo de seguir consolidando su ritmo de carrera para tratar de clasificarse entre las diez primeras posiciones del WRC3. Y estaban en ello, hasta que un desafortunado pinchazo durante la disputa de la Power Stage, a escasos kilómetros de la línea de llegada, les obligó a conformarse con la duodécima plaza de su categoría.
Un resultado circunstancial en un Rally de Estonia que ha servido a Jan Solans y Mauro Barreiro para seguir incrementando su experiencia y conocimiento dentro del Mundial, y para sumar un rodaje fundamental con el Ford Fiesta R5 MkII, que deberán aprovechar en sus próximas actuaciones internacionales como integrantes de la estructura de M-Sport Polonia.
“No ha sido fácil, pero hemos conseguido finalizar el primer rally de nuestra nueva temporada en WRC3. Aún nos falta experiencia con el Ford Fiesta R5 MkII, pero supongo que, con el tiempo, llegará. Ha sido un fin de semana difícil, del que nos llevamos mucha información para mejorar en el futuro”, valoró el menor de los hermanos Solans al término de su bautismo en WRC3.
