ANFAC, Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, da a conocer el primer Informe sobre Vehículo Autónomo y Conectado con el que se pretende evaluar y medir el desarrollo del entorno y tecnologías de conectividad y autonomía en España respecto a otros países y orientar al sector sobre las necesidades que precisa y el ritmo que debe llevar.
El objetivo es impulsar una regulación específica en nuestro país que permite avanzar en conducción automatizada por encima de la barrera actual, establecida por el SAE (Society of Automotive Engineers) en el nivel 2. La tecnología está ahí y un reglamento específico podría asentar las bases para la entrada y circulación de vehículos con niveles de autonomía 4 en las carreteras españolas durante este año como ya tienen otros países de nuestro entorno como Francia y Alemania.
El indicador de entorno tiene como objetivo comparar la situación de España respecto a otros países del mundo en aspectos relevantes que condicionan el desarrollo del Vehículo conectado (VC) y el Vehículo Autónomo (VA). De los primeros análisis se desprende que España necesita mejorar el entorno y las tecnologías para el impulso del vehículo eléctrico y conectado. La valoración en su caso es de 50,5 puntos sobre 100. Destaca a escala mundial por su nivel de red e infraestructuras de carreteras pero digamos que suspende en el ámbito de la inversión en aspectos relacionados con la Inteligencia artificial o el Internet de las cosas así como en la calidad de las redes de conectividad.
A la presentación de este primer informe acudió José Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT que durante su intervención afirmó que como siguiente hito, España aspira a contar con una regulación a partir de nivel 3 de autonomía en un plazo de un año y medio permitiendo, por ejemplo, al conductor de un vehículo dotado con este grado de innovación circular sin manos durante una larga distancia en ocasiones determinadas.
