Hace tiempo que en Ducati decidieron ir a contracorriente y en un momento en el que lo lógico sería resguardarse del temporal o, sencillamente, ponerse a hibernar lanzando pequeños restyling de modelos ya establecidos, se lanzaron con todo el equipo arriba para poner en la calle una generación de motos prodigiosa. Y no les ha ido mal, porque como anunció Gabriele del Torchio, presidente de la marca, 2011 será un año récord en facturación para ellos.
De toda esa hornada histórica, la 1199 Panigale representa el culmen. El vértice de esta pirámide. Un modelo que, según la marca, es un rompe y rasga en su trayectoria como fabricante de motos deportivas. En efecto, en muchos aspectos la nueva superbike italiana que empezará a llegar a las calles europeas durante el primer trimestre de 2012 es revolucionaria. Lo es su motor, el bicilíndrico más potente jamás construido, el chasis monocasco herencia de MotoGP, lo es su ligereza… La 1199 es el año cero de esta nueva etapa en la que una pequeña fábrica italiana radicada en Bolonia se ha convertido en el referente tecnológico de la industria de la moto.
Que la ‘Panigale’ sea la orgía tecnológica entra dentro de una lógica de gama en la que le han precedido modelos como la Multistrada 1200 o la Diavel. Pero la superbike va algo más lejos, tanto que en algunos aspectos está por encima del gran alarde de ‘ducatismo’, la Desmosedici R. Eso sorprende, pero también que con ella se renuncie a dogmas como el chasis multitubular o las correas dentadas para dar vida al rítmico movimiento del sistema desmodrómico. Detalles nimios para cualquier fabricante, pero no para Ducati y su legión de fieles, algunos integristas de esa manera de entender la moto.
Pero en este caso, estas dos pequeñas licencias tienen muchísimo sentido porque había una finalidad: ahorrar peso e incrementar la potencia, precisamente las dos claves que definen esta moto. Son 195 CV –increíble hace unos años para un bicilíndrico- y 164 kg de peso en seco. A pesar de estas cifras mareantes para un vehículo cuya capacidad de agarre se limita a unos pocos centímetros de goma, en Bolonia afirman que no es una deportiva indomable. Todo lo contrario. Y es que aquí es donde entra en escena la electrónica.
Eso de los cables y los sensores lo tienen dominado en Ducati. Las Multistrada y Diavel han sido un master y toda esa experiencia y las infinitas posibilidades que proporciona se han aplicado en la 1199 Panigale. En ella los tres modos de conducción se activan combinando siete tecnologías: ABS deportivo de última generación, Control de Tracción Ducati (DTC), Suspensión Electrónica (DES), Ducati Quick-Shift (DQS), el nuevo Control de Freno Motor, EBC con derivación deportiva y el Ride-by-Wire (RbW), todas programadas para proveerle al piloto un soporte electrónico útil e intuitivo. Incluso el impresionante display TFT a color del salpicadero está concebido para configurarse en función del modo de conducción seleccionado.
También para incrementar su manejabilidad, la 1199 Panigale combina la innovadora solución del bastidor monocasco de aluminio, una herencia de MotoGP y que prescinde de la clásica arquitectura multitubular. Con él, el motor hace de elemento estructural y autoportante que crea un nexo de unión entre la pipa de dirección y las culatas. Eso, el subchasis también de aluminio, el monobrazo –ambos anclados al motor- y nada más. A la vista es un poco chocante, pero según el fabricante permite ahorrar 5 kg y redistribuir el reparto de pesos. Incluso la posición de conducción se varía, acercando el piloto que viaja más cómodo al tener los semimanillares más altos y abiertos.
Estéticamente, el prescindir del entramado de tubos de acero que era uno de los signos distintivos de Ducati, ha permidido al carenado llegar a cubrir mucho más la moto. El diseño es, como no, espectacular. El frontal tiene algo de la 916, pero también hay herencias de la 999 o de la 1098. Todo eso junto da como resultado una moto cien por cien italiana que se estrena como la primera con un conjunto de faros formados íntegramente por diodos LED. El colín es más afilado al concentrarse los silenciosos en la base del carenado.
Está cuadrado
Capítulo aparte merece el nuevo motor, el ‘Superquadro’, con electrónica derivada de competición y que rinde 195 CV a 10.750 rpm. Este propulsor, el bicilíndrico -en L- de producción más avanzado y potente del planeta y debe su nombre lo corto de su carrera y a la amplitud del diámetro de los pistones. Con ello hay espacio para unas válvulas de titanio muy grandes que permiten proporcionar mucho aire a altas revoluciones y así poder lograr una potencia como la que tiene este motor. Aquí no se traiciona a otro de los principios del ‘ducatismo’, el sistema desmodrómico, pero sí se sustituyen las poleas dentadas por un mecanismo con cadenas y engranajes.
Disponible al final del primer trimestre de 2012, la nueva moto será producida en las versiones 1199 Panigale, 1199 Panigale S y 1199 Panigale S Tricolore, las dos últimas, las más deportivas, con un equipo de suspensiones Öhlins con regulación electrónica en compresión y extensión al cambiar los distintos modos de conducción, ABS de serie, llantas forjadas Marchesini y algunas modificaciones en su línea.