Como la anterior cita de la Master Junior Fórmula, la carrera de Barcelona no siguió el programa habitual a pesar de celebrarse durante el fin de semana. La sesión de los libres se centró en la jornada del viernes y tras esa primera toma de contacto con el monoplaza –no muy afortunada para Javier- no volvía subirse a él hasta el domingo, cuando se celebraron tanto los cronometrados como las dos carreras.
El viernes empezó mal para Ruíz por culpa de una pequeña pérdida de aceite del motor de su coche. A pesar de ello y de no poder rendir al máximo, el joven grancanario se defendió en estos primeros ensayos marcando unos cronos prometedores. Con los problemas de motor resuletos, el domingo temprano los quince pilotos del MJF se jugaron un puesto en parrilla. Pero de nuevo quedó claro que Montmeló no iba a ser un meeting sencillo para Javier que rompía un cable del cambio secuencial del monoplaza y quedaba penúltimo en la tabla de tiempos. Tocaba remontar en carrera.
Tirando de casta se puso manos a la obra cuando el semáforo dio vía libre y con prisa y sin pausa, empezó a remontar posiciones. Con unos tiempos extraordinarios llegó a colocarse tercero, pero aún se encontró con una última piedra en el camino a meta en forma de trompo. Javier se rehizo y pudo conservar su posición, un tercero que demuestra que sigue al nivel de los mejores de este campeonato enfocado a dar con futuros talentos del volante nacional. La suerte quiso compensar su esfuerzo subiendo un peldaño más cuando el segundo clasificado fue penalizado al poco de terminar esta primera carrera de la jornada.
Desde ese privilegiado lugar –sobre todo tras salir penúltimo horas antes- iba a partir en la última manga. De nuevo el arranque fue arrollador, tomando la cabeza de su clase y poniendo tierra de por medio. Pero a las pocas vueltas, un participante de una categoría superior –y que no influye a efectos de puntos en el campeonato-, la F3, arrolló literalmente y de manera inexplicable al piloto canario, que debía abandonar. Un problema que corta de raíz la progresión de Javier en el campeonato.
“Es inexplicable lo que nos ha pasado”, se lamentó Ruíz al poco de volver a box. “Estaba haciendo un gran fin de semana a pesar de las dificultades y por culpa de un competidor de F3 no pude luchar por una nueva victoria. Para nosotros ha sido un jarro de agua fría”, reconoció el grancanario, que aún así cree que en Montmeló se ha visto su gran evolución en los tiempos. A falta de una cita, la del Motorland de Aragón, sus opciones para acabar entre los tres mejores se complican, pero todavía es matemáticamente posible.