En un momento en el que se está materializando el relevo generacional en el Campeonato de España de Rallies de Asfalto –en realidad es un hecho desde el pasado año con el título de Cristian García–, el riesgo de perder para la causa a algunos pesos pesados de este certamen como Sergio Vallejo es mayor que nunca.
Los R5 han multiplicado los gastos y en esa escalada de costes, hay equipos que se han descolgado desde los primeros repechos. En el caso del gallego, a este factor económico se une el deportivo y es que los resultados no han acompañado y en esas condiciones ha preferido parar y probarse en otro papel: el de jefe de equipo. Lo hizo en Ferrol con Víctor Senra y posiblemente repita en el Princesa de Asturias porque se le hace muy cuesta arriba vivir esa otra parte de las carreras que es hacer de comercial de su propio proyecto después de tantísimos años en la brecha.
Eso sí, de momento no salen de boca del ‘Lobo de Meira’ la palabra retirada y, sin ir más lejos, el pasado fin de semana probó un Silver Car en la Subida a Chantada.
Pregunta.– ¿Qué tal esa experiencia con el Silver Car?
Respuesta.– Bien, la verdad es que muy bien. Me gustó mucho la forma de comportarse, cómo acelera... Muy, muy contento.
P.– Da la impresión de que echas de menos las sensaciones tan extremas que proporcionaba el Porsche antes de su limitación...
R.– Sí, en cierta medida... La verdad es que sí. Los R5 son coches muy efectivos, pero transmiten poco al piloto y, si cabe, menos aún al espectador.
P.– ¿Sorprendido del gran interés que ha generado esa decisión de aparcar momentáneamente el Citroën? Esto confirma que, cambio generacional al margen, gente como tú como Miguel Fuster son un activo del propio nacional...
R.– La verdad es que sí porque cuando estás en la pelea por el campeonato es normal que no pienses en abandonar ni en cambiar de aires. Pero, cuando las cosas no están saliendo bien, es muy lógico que la motivación baje y que no pelear por el campeonato me haga tomar una decisión como ésta. Creo que no había que darle mayor importancia, pero no es algo malo.
Los R5 son coches muy efectivos, pero transmiten poco al piloto y, si cabe, menos aún al espectador.
P.– Con sinceridad, ¿qué te pide el cuerpo: volver o quedarte en ese papel de jefe de equipo?
R.– Ahora mismo, si siguiera corriendo no sería para lograr ningún objetivo. Como mucho, hacer algún podio o estar cerca de los tiempos de cabeza, pero eso no es algo que me motive en exceso. Sin embargo, el probar a pilotos novedosos como fue el caso de Víctor o alguno más si pudiera llegar a producirse, me motiva mucho más si cabe. El poder darle mi experiencia y poder conducir un coche que, seguramente, será más atractivo de lo que es para mí conducirlo.
P.– Hay pilotos que no se sienten cómodos en ese papel de tutor de otros jóvenes conductores. ¿Encajas en él?
R.– Sí, la verdad es que sí. Trato siempre de empatizar lo máximo posible y siempre hay que respetar que las últimas decisiones, cuando son importantes, las tome el piloto. Pero me gusta estar en ese papel de poder indicarle las opciones y que él decida. Me encontré muy cómodo con Víctor.
Me motiva mucho más probar a pilotos novedosos como fue el caso de Víctor o alguno más si pudiera llegar a producirse"
P.– Hay quien cree que cuando un piloto se pone en ese papel de compartir trucos, secretos y consejos es porque está enfilando ya el camino de la retirada. ¿Es así?
R.– No, no lo siento así. Siempre, desde hace muchos años, he tenido amigos pilotos que han contado con mi asesoramiento. Con infinidad de pilotos que, aunque estemos en el mismo rally o en otro, siempre acabas comentando cosas del plantamiento de la carrera, el comportamiento del coche, etcétera.
P.– ¿Crees que este punto de desmotivación al que has llegado es fruto de tantas temporadas cuadrando cuentas y jugándote tus propios recursos?
R.– Este año se produjo una situación a una semana del inicio del campeonato que fue muy desagradable e inesperada. Teníamos prácticamente cerrados un par de patrocinadores y cuando te dan una contestación negativa tan cerca de la primera prueba la verdad es que quema mucho porque ya no puedes dar marcha atrás y has de respetar a los que ya tienen un acuerdo. El campeonato no empezó bien en ese sentido y a nivel deportivo tampoco pudimos tener el coche con tiempo para hacer test. Estas cosas, cuando tienes un buen presupuesto y todo va bien, no hacen que decaiga la motivación, pero si empiezas a tener fisuras y cosas que no te gustan cómo se están haciendo, no necesariamente porque se estén haciendo mal, queman mucho, sí.
Falta más de medio año para que empiece el próximo campeonato y la verdad es que no tengo ganas de estar peleando por eso otra vez"
P.– ¿Qué tendría que pasar para volver a verte en el nacional?
R.– Tendría que tener la motivación de nuevo para buscar esos recursos, pero... En fin, ahora falta más de medio año para que empiece el próximo campeonato y la verdad es que no tengo ganas de estar peleando por eso otra vez.
P.– ¿Te plantearías una fórmula alternativa como la de Miguel Fuster y Renault con el Maxi Rally para volver a tener el apoyo oficial de una marca? Te hago esa pregunta porque parece que el hecho de poder contar con un coche para estar luchando por victorias es condición indispensable para recuperar esa motivación. Y eso es algo que, por lo menos a día de hoy, no garantiza un N5.
R.– Quiero ser muy respetuoso con los programas de otros pilotos, pero un programa oficial con un coche que no tiene opciones de ganar y, si las tiene, será de manera artificial, o sea, con cambios en el reglamento, pues la verdad es que no lo veo. Respeto mucho los N5 porque me parecen una buena alternativa y un escalón que está bien entre un R2 y un R5, pero para mí no es un coche atractivo para un piloto que quiera aspirar a ganar y menos para una marca que quiera invertir en las carreras. Pero cada uno, con su dinero y sus opciones hace lo que considera más conveniente. Es respetable de todos modos.
P.– En su momento, cuando se anunció tu programa en 2016 vimos como un ‘notición’ que Citroën, con su historial en el CERA, volviera a engancharse a este campeonato. ¿Ha sido la apuesta de la marca la que se preveía en un principio? Te hago esta pregunta una semana después de que Iván Ares nos explicara que si bien Hyundai España está apoyando como estaba previsto, no así el departamento de competición de la marca en Alemania.
R.– Es que creo que se vive una situación extraña con los R5. Son coches muy caros pero los departamentos de competición crean, desarrollan y ponen a la venta para que se autofinancien esos programas. Evidentemente, ¿quién paga? Pues los pilotos. Se habla de que las marcas oficiales pueden volver y yo creo que eso no va a ocurrir. Son coches demasiado caros como para que pilotos privados o con equipos muy pequeños puedan mantenerlos. ¿El caso de Hyundai? Tienen una ayuda de la red comercial que me parece muy positiva pero no veo claro que otras marcas hagan lo mismo. Nosotros, dentro de lo que cabe, estamos contentos con Citroën porque hay unas buenas perspectivas de futuro, pero ya trabajar con futuribles y arriesgando en función de lo que pueda pasar… A estas alturas, como que no. A ver si en dos o tres años podemos ver que realmente hay marcas que de verdad están invirtiendo en apoyar a pilotos, pero a día de hoy lo veo difícil.
P.– ¿Crees que has tenido un punto de mala suerte de que el DS3 se quedara muy pronto atrás respecto a toda esa generación de R5 que se han lanzado en unos pocos años?
R.– Sí, seguramente. A nadie se le escapa. Mi colega José Pedro Fontes lleva dos años ganando prácticamente todas las carreras, por lo menos las de asfalto, pero estuvo en Madrid y acabó quinto, creo recordar. Quiero decir con esto que el nivel del campeonato de España es muy alto y creo que los pilotos y los equipos trabajamos todos de una forma muy aceptable. Si en el futuro el C3 R5 es un muy buen coche, pero la filosofía sigue siendo la misma, que paguen los pilotos, pues tampoco lo veo como un futuro esperanzador. Es más, si el coche es muy bueno y encima muy atractivo, será peor, porque habrá muchos equipos que querrán comprarlo, tenerlo y pagarlo, con lo que a un año y medio de que el coche esté disponible, es muy difícil de valorar.
P.– Rally Princesa de Asturias: ¿quién se subirá al Citroën DS3 R5?
R.– No lo sé. Estoy hablando con algunas personas para ver otras posibilidades, pero yo desde luego que no me voy a subir. Vamos a ver si me subo en Llanes o no. Ya veremos.
Pueden escuchar la entrevista al completo en el canal de iVox de Motor en la Onda Canarias.