El Mundial de Rallies vuelve a ser territorio de Sébastien Ogier y Julien Ingrassia. Tras el Tour de Corse, los de M-Sport acumulan tres victorias en cuatro participaciones, unas cifras que no se daban desde su etapa en Volkswagen y que son sólo la constatación del buen momento que atraviesan a los mandos del Ford Fiesta World Rally Car.
A estas alturas del pasado año el WRC se felicitaba de haber tenido cuatro vencedores diferentes de cuatro marcas distintas: Jari-Matti Latvala (Toyota) en Suecia, Kris Meeke (Citroën en México), Thierry Neuville (Hyundai) en Córcega y el propio Ogier en Montecarlo. En cambio, en lo que va de temporada, el francés ha monopolizado el primer puesto en tres de las cuatro pruebas con la única excepción de Suecia.
Hay que remontarse a las tres primeras campañas con Volkswagen para ver una superioridad igual del piloto de Gap. En 2013 y 2014 el parcial de resultados fue ligeramente mejor porque en su primer curso con el Polo R WRC no se bajó del podio y porque en la segunda fue sexto en Suecia por el décimo que logró este año. Su diferencia en puntos alcanza ya los 17 respecto a Thierry Neuville y 39, casi el doble, comparado con Ott Tänak, que es tercero.
“Ha sido un fin de semana muy bueno para nosotros y estoy muy contento con el rendimiento. Tuvimos un gran ritmo el viernes y después ya sólo tuvimos que administrar la ventaja”, reconoce Ogier. “Fue realmente satisfactorio mostrar ese nivel de velocidad, especialmente después del año pasado en el que fue un poco más difícil. Ahora parece que todo va en la dirección correcta. Hemos hecho algunos desarrollos y cada vez me siento mejor en el coche”.
Con esta progresión y dado que ya ha vencido en las dos superficies que son la norma a lo largo de toda la temporada del Mundial de Rallies, Ogier va lanzado al que podría ser su sexto campeonato. A sólo tres de Sébastien Loeb.
